!DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN" "http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd"> inter shitty 2073: agosto 2005

inter shitty 2073

El blog las verdades relativas, las reflexiones estúpidas y las referencias idiotas. Donde las cosas se aprenden desordenadamente.

30.8.05

No future... the freaks are coming!



Siguiendo los derroteros de serie B que ayer tomó este blog os adjunto, para vuestro regocijo, unas cuantas imágenes sacadas de la serie de televisión inglesa The Young Ones. Están extraídas del capítulo de la segunda temporada Nasty.


Por si alguien no lo sabe, The Young Ones es una mítica serie de principios de los 80 que emitía la BBC 2. En España se les conoce como Los Jóvenes, aunque los que disfrutaron de las aventuras de estos cuatro descastados a través de las autonómicas los recordarán como Gazteak, Os Novos o Els Joves. La serie, por cierto, cuenta la vida cotidiana del hogar londinense de cuatro peculiares veinteañeros, o veintegenarios según se mire. Neil, el hippie; Vyvyan, el punky; Rick, el anarquista interpretado por el mítico cómico televisivo inglés Rik Mayall; y Mike, el bon vivant mafiosillo, como si dijéramos.


Los cuatro se odian, o por lo menos no se respetan demasiado. Mike es un tipo bastante tajante, no demasiado irritable. Sabe lo que quiere, lo que le conviene y punto, y es el más respetado. El punky y el anarquista son bastante hiperactivos y chillones. Pero el primero está, de lejos, bastante más chalado que el segundo. Los dos son fantásticos clichés esperpénticos de tipos que debieron existir en algún punto de la remota Inglaterra thatcherista. El hippie, sin embargo, es un tipo taciturno y espiritual, como los hippies deben ser. Siempre anda buscando un buen momento para suicidarse o para escaquearse de las continuas vejaciones a las que le someten sus colegas. Luego suele andar por ahí Alexei Sayle, el mítico secundario al que algún día se le dedicará un post.



Todo este desaguisado de tribus urbanas, platos sin fregar y lentejas radioactivas se emitía, como decíamos, en el segundo canal público británico, mientras nuestra amiga la Thatcher gobernaba con mano dura desde el 10 de la calle Downing. Quizá como símbolo de ese mito de la BBC como televisión imparcial y de calidad, la dama de hierro era elemento imprescindible en los guiones de esta anárquica sitcom. Pero ella no era la única puesta en la picota. The Young Ones supo descojonarse de todo lo que en Inglaterra se vendía como contemporáneo a principios de los 80. Desde las familias nucleares de las cajas de Kellogs hasta los propios jóvenes, ordenados en grupos tribales, concienciados con cuatro máximas sacadas de algún panfleto; pero totalmente egoístas, materialistas y haraganes. De todas formas, me consta que la serie sólo aguantó dos temporadas en antena. Que son las que hace poco han sido editadas aquí en DVD.


Como muestran estas fotos, la serie tiene constantes homenajes a la cultura popular. El nombre de la misma, por cierto, viene del título de una canción de Cliff Richard, a quien también se le menta regularmente. Es una serie muy musical, en cada capítulo algún grupo de la época hace algún playback en el baño de la casa, el salón, el pub o la puta calle. Entre muchos otros aparecen Dexy's Midnight Runners, Rip Rig and Panic, Nine Below Zero, Radical Posture, The Damned, Motorhead y los míticos Madness.


Además debe mucho de otras telecomedias inglesas como Flying Circus, de Monthy Piton. Sobre todo por lo surreal de todas las tramas y los sketches que se incluyen en medio de los capítulos. Pero todo es como mucho más feo y sucio; mucho más punk y destroyer. Como os imagináis, el humor es muy inglés.

Por cierto, en un capítulo aparece una jovencísima Emma Thompson acompañada de los no menos míticos cómicos televisivos ingleses, Stephen Fry y Hugh Laurie. Recordarán a los tres en la también muy inglesa película Los Amigos de Peter.

29.8.05

¡Un hombre lobo en Bilbao!



El post de hoy es, de largo, el más bizarro de los que aquí se han publicado. Si mirán ustedes más abajo se preguntarán "¿pero qué coño es esa cosa tan fea y tan rara?" Yo llevo preguntándome esto desde que me pasaron estas fotos. Por lo visto un bicho licántropo de esos anda suelto por Bilbao. Y tenemos estas imágenes que lo demuestan. El fin último de la difusión de estas fotografía es el de advertir a la población de la capital vizcaína sobre lo que se le puede estar viniendo encima. Prepáren las balas de plata, amigos.

Al respecto, solo quería comentar un par de detalles que me han parecido relevantes. ¿Desde cuándo los hombres lobo son diurnos? ¿No hace falta una luna llena? ¿O es que las fotografías están trucadas? Con esto del photoshop y las nuevas tecnologías nunca se sabe. Y, por encima de todo. ¿Desde cuándo los hombres lobo se visten con esos delirios de piel de leopardo? ¿Y esas gafas de sol tan de la guardia civil? ¿En qué peluquería le han cardado el pelo? ¿Esas provocativas poses pueden indicar que ese sujeto esté preparando alguna sangrienta fechoría? Si se les ocurre alguna respuesta no dejen de hacérmela saber.

Seguramente les pase como a mí y durante las próximas semanas les cueste conciliar el sueño y probar bocado. La cosa, desde luego, no es para menos. Yo, la última imagen no me la puedo quitar de la cabeza. Tal vez la debería relegar del fondo de pantalla de mi ordenador... Pero no puedo. Todo lo que tiene de bizarra lo tiene de graciosa. Y, ahora, nadie me pide prestado el ordenador.




28.8.05

Lógica gastronómica: Hoy una receta veraniega por antonomásia

Seguramente recordarán que hace unos días en inter shitty 2073 se encendían los fuegos de la cocina. El pollo asado fue, por las exigencias que marca la actualidad, la receta escogida para comenzar una serie de post gastronómicos que esporádicamente pienso ir colgando para deleite de chefs amateurs. Un servidor más que buen cocinero se considera buen comensal. Soy de esos a los que más vale comprarles un traje que invitarles a cenar. Un sibarita de la gastronomía en estado puro, vaya. Por eso, y por exigencias de la vida fuera de la casa paterna, lo de cocinar me parece entretenido, gratificante y menos costoso y complicado de cómo lo pintan. La clave está en superar el miedo y la pereza, amigos. Por eso quiero compartir una receta facilita y muy apropiada para estos días estivales.

Hoy en el menú, huevos rellenos. Una primer plato frío, muy recomendable para sorprender a las visitas. Ya verán por qué.

Necesitamos huevos, atún claro (del de lata), mayonesa y ketchup (también vale salsa de tomate natural, pero yo prefiero lo otro). Las medidas dependen de los huevos que se quieran hacer. Pero es recomendable, ya que uno se pone, hacer unos cuantos, porque si sobran es un plato de esos que gusta encontrarse luego en la nevera. Para hacer unos buenos pinchos de los que se comen con una cervecita o un vino entre horas. Yo he utilizado media docena de huevos y dos latas de atún. Las medidas de las salsas dependen del gusto de cada uno.
En esta primera fotografía pueden ofrecer los huevos cociendo en un segundo plano. En el primer plano vemos los ingredientes utilizados.












Primero cocemos los huevos. Para no entendidos, es tan fácil como meter unos huevos en un cazo con agua y ponerlo al fuego, ya ven la foto. Pasados entre diez o quince minutos ya estarán listos. Ponemos los huevos bajo el grifo de agua fría y esperamos a que enfríen. Cuando dejen de quemar como un trozo del mismísimo infierno, los pelamos y cortamos por la mitad. Las yemas se ponen a parte. Como véis en la siguiente fotografía nos quedan por una parte los huevos, en cuyo orificio (no se me ocurre ninguna palabra mejor) aplicaremos el relleno y las yemas que nos servirán tanto para el relleno, como para la presentación del plato.












Por otro lado mezclamos con un tenedor un par de latas o tres de atún, con el ketchup y unas cuantas yemas, como la mitad, de las que hemos apartado en el paso anterior. Esta mezcla, seguro que ya se lo han imaginado, es lo que nos servirá de relleno. Hecha la masa, la aplicamos a los huevos como pueden ver en la segunda fotografía de abajo.























Disponemos los huevos enfilados en la fuente, lo pueden ver en otra imagen más abajo, donde los cubriremos con la mayonesa. La cantidad de salsa que ha de cubrir los huevos depende de gustos. Mi madre, por ejemplo, echa mucha más mayonesa que un servidor. Claro que ella no utiliza, como yo, mayonesa de bote. En mi piso de estudiante, todo sea dicho, lo de la batidora era poco menos que un deseo utópico. Así que nos conformábamos con la mayonesa industrial. En fin, se cubren los huevos al gusto de cada uno, espolvoreándo más tarde las yemas que no incluímos en el relleno encima de la capa de mayonesa. Este último paso, como ya adelantábamos, es vital para la presentación del plato. Sorprenderán a sus invitados, créanme.












Y ya está, así de fácil. Ya tienen un primer plato frío y muy rico. Más abajo pueden apreciar mi creación culinaria de hoy. Tal vez la presentación deje algo que desear, pero les advierto que me han quedado de chuparse los dedos. Además, tengan en cuenta que los fotografos de comida suelen aplicar productos como laca para que los alimentos tengan un apecto más apetitoso. Y en esta página no somos tan tarugos y salvajes como ellos. Prueben la receta, verán que sencilla.

La globalización nos ha capado, querido Watson















Para ilustrar el post de ayer, adjunto esta tira de Angel Sefija. El tema es "Sherlock Holmes no se habría comido una mierda en una sociedad tan globalizada como la de hoy en día". Creo que Mauro Entrialgo, el autor, explica perfectamente parte de lo que ayer intenté expresar a cuenta del cierre de los míticos cines Ideales de Bilbao.

Siento que la calidad de la imagen no sea muy buena. Como no tengo escáner he tenido que valerme de la cámara digital. Además de luchar contra este pulso, que lo tengo como para robar panderetas. Ustedes dirán que soy un poco cutre. Pero yo perfiero decir que soy un hombre de recursos. En fin, también pido disculpas al señor Entrialgo por tomarme la libertad de reproducir una de sus páginas sin su consentimiento expreso. Para compensarle, diré que Mauro Entrialgo es un autor imprescindible. Seguramente se hablará bastante de su obra en futuras entregas de inter shitty 2073. Ángel Sefija es el personaje que incluye semanalmente en El Jueves, pero seguramente recordarán otros como Alter Rollo, El Demonio Rojo, Drugos o, mi favorito, el inigualable reportero de los tres cojones Herminio Bolaextra. Yo, todo sea dicho, no paro de descojonarme con este tipo. Es un freak de lo más brillante y entrañable. Todo un maestro de la cultura popular.

Y después de esta serie de merecidos lametones os conmino a que pinchéis sobre la imagen y disfrutéis de esta entrega de Ángel Sefija, para mi gusto lo mejor de El Jueves.

27.8.05

Días de cine y globalización en Bilbao












¿Ven esa foto de ahí arriba? Está tomada en la calle General Concha en Bilbao, en el céntrico barrio de Indautxu. El agujero que pueden apreciar antes era un cine. Aunque La noticia no es nueva. Los cines Ideales cerraron en junio de este año, cuando este blog todavía no había dado sus primeros pasos. Fue de un día para otro. Un día desaparecieron los carteles que anunciaban las películas en cada una de las ocho salas, otro día vallaron el edificio y ahora ni siquiera existe. Cosas de la economía, supongo, de eso que llaman globalización o algo así.

Durante tres años viví al lado de estos cines. De hecho, durante dos años podía ver las colas que se formaban los fines de semana desde el balconcito de mi habitación. Qué tiempos... Uno no se da cuenta del papel que desempeñan en las ciudades todos los sitios que solías frecuentar. En los Ideales vi películas que me gustaron mucho, que ahora recuerde están Ciudad de Dios, 24 Hour Party People, Camino a la Perdición, Mistyc River, Olvídate de mí, El hombre que nunca estuvo allí... También vi muchos bodrios. Alguna bastante mala de superhéroes, otras decepcionantes, las del día del espectador sin nada mejor que hacer, esas que eliges un minuto antes de que dé comienzo la proyección...
Ir a una sala de cine tiene mucho de mágico, por mucho que esto suene a tópico. Te sientas en esas incómodas butacas a oscuras, rodeado de extraños con los que durante una hora y pico vas a compartir una película. Las pantallas son grandes, el sonido retumba en las paredes y todo eso. Los cinéfilos me entenderán. Pero además, recuerdo los Ideales como parte del barrio donde viví tres años. Había unos soportales en la salida de las salas donde jugaban los niños al balón y la gente se resguardaba los días de lluvia. Como si de una película se tratara.

Hace unos meses el lehendakari se dio un garbeo por Bilbao para inaugurar un centro comercial ubicado frente a la ría, entre el Guggenheim y el Eukalduna, con parada de tranvía en la mismísima puerta y todo. Cuatro o cinco plantas llenas de franquicias de ropa, comida y, lo han adivinado, unos lujosos cines de doce enormes salas que ocupan toda la última planta. Justo bajo estos cines, en el mismo centro comercial, se sitúa el primer restaurante McDonald de la capital vizcaína. Antes Bilbao no tenía esta hamburguesería. Había varias en centros comerciales próximos, pero ninguna en la ciudad. Ahora los chavales van a merendar allí por las tardes y luego hacen sus compras, van al cine y vuelven a casa. Bienvenidos mallrats bilbaínos.

Los cines de ese centro comercial también son una franquicia típica de estos nuevos centros de ocio y consumo. Un McDonald del séptimo arte que vive del cine basura, los grandes estrenos, el Hollywood de las revistas de papel cuché... Desde que Zubiarte, el centro comerciales en cuestión, abrió sus puertas, los cines Ideales apenas sobrevivieron cinco meses. No sé si existe una relación directa, pero yo lo he querido ver así.

No quiero, con esto, hacer una reivindicación al uso, meterme en las fandangosas aguas del problema de la globalización o hacer un análisis político al uso. Podrían haber cerrado mil tiendas de ropa por culpa del dichoso centro comercial y yo no me habría dado cuenta. Pero los cines Ideales formaron parte de mi vida cotidiana en Bilbao. En sus salas estuve con algunos amigos, muchas veces solo, otras muy bien acompañado, riendo, aburrido, emocionado... Alguna vez incluso me quedé dormido. Todas esas cosas pasan en los cines.

Me detuve mil veces a ver la cartelera, me senté en los soportales alguna mañana de las que bajaba a comprar el periódico. Suena sentimentaloide, pero bueno, es la sensación que me provoca pensar en aquellos tiempos; ahora que las butacas, las pantallas, las cintas, los posters y todo lo que conformaba aquel cine se ha convertido, ya ven, en un agujero. La verdad es que eran unos cines incómodos, donde muchas veces se relegaban películas buenísimas a salas diminutas. Alguna vez recuerdo, incluso, proyecciones defectuosas en las que se podían apreciar los micrófonos sobre las cabezas de los protagonistas... Muchos de los empleados eran antipáticos y el suelo muchas veces estaba pegajoso porque a alguien se le había caído el refresco y nadie lo había recogido... Eran unos cines con personalidad, qué hostias. Y daban personalidad a muchas cosas que me gustaban de Bilbao, Indautxu...

Les dejo con una foto que encontré hace tiempo. Esos son los cines. Gracias a la tecnología de las cámaras digitales sé que la foto está sacada en febrero de 2003, un sábado. No sé porqué me dio por sacar la foto pero ahora me alegro de haberlo hecho. En realidad, está desenfocada y, de existir hoy día ese edificio, sería irrelevante. Pero, ya ven, hoy es casi un documento. Algún día aparecerá en un museo, quizá en el Guggenheim. "Fíjense...", explicará una guía bastante guapa y pertinentemente uniformada, "aquí pueden contemplar unas salas de cine en el barrio de Indautxu. Antaño se podían encontrar cines en esquinas remotas. La gente acudía para ver películas ex profeso. Luego se marchaban a casa sin comer una hamburguesa, ni comprar una falda nueva". Seguro que ustedes también pueden oir el "ohhhhh" de asombro de los visitantes del museo. En fin, me jode que sea así. Pero en un futuro no muy lejano todos daremos la razón a Parada y diremos "qué bonitos eran aquellos cines de barrio", lo que son las cosas.













Como pueden apreciar las perspectivas son totalmente inversas, pero creo que se pueden hacer una idea de la irreparable pérdida. El edificio rosa de la derecha también formaba parte del cine. Los famosos soportales. Si tienen tiempo pinchen sobre la foto y fíjense en ese rótulo esculpido en la piedra de la fachada "Ideal Cinema"... Eran otros tiempos.

23.8.05

perrolutxo desde la luna de valencia

Tengo un par de visitas en casa que no me dejan acercarme por inter shitty 2073 para continuar con mis delirios. Debería haber avisado, lo sé. Pero entre unas cosas y otras, cervezas y partidas de cartas, a uno se le va el día volando y, pese a estar parado, no tengo tiempo para sentarme un rato a escribir.

Por si fuera poco tenemos encima el peso de la Aste Nagusia, semana grande de Bilbao. Así que se me amontonan responsabilidades y aquí me tienen, colgando un post algo insustancial mientras tengo a mis invitados entretenidos viendo los Simpsons.

Espero volver pronto a la actividad frenética de trabajo en este humilde blog. Hasta entonces os dejo con unas dudas tontas que estos últimos días me han ido surgiendo. Quizá ustedes tengan las respuestas...

- ¿Hay algún teorema matemático que explique esa inevitable dicotomía punki - perro? Es una ciencia exacta, fijénse. Un servidor, a ratos es punki, a ratos can. Pero nunca las dos cosas a la vez.

- ¿Cuánto tiempo puede permanecer cuerdo un miembro activo de una batucada? Sus ritmos levantan a los muertos, pero a mí se me hacen un poco repetitivos... No sé a ustedes.

- ¿Soy el único que todavía no ha visto Sin City? Le iba a proponer a mis invitados irla a ver todos juntitos y tomarnos un rato de asueto entre cerveza y cerveza... pero también la han visto. Maldita sea mi suerte. Y yo, que presumo de ser friki en mis reuniones sociales...

En fin, habrá muchas más preguntas. Pero, aviso, seguirá sin haber respuestas. Así que no las busquen aquí. Disfruten los días de verano que quedan. Si les queda cerca vengan a Bilbao, estos días son divertidos. Pero háganlo antes del sábado, porque para entonces habrá mucha gente. Nos veremos pronto, espero. Si las amistades y los excesos lo permiten.

Hasta entonces, todavía no me despido, les ruego visiten este post del blog Hijo Tonto. Un servidor, como usuario de blogger (pese a mi carácter neófito), ya se ha fijado en la banderita (flag) que aparece a en el extremo superior derecha de la página. Sus coordenadas no podían decir más del propósito de tal banderita. Hijo Tonto, como decía, lo explica fantásticamente. Visítenle, sobre todo los que tengáis vuestro blog en blogger. inter shitty 2073 tomará pronto las medidas oportunas para quitar el banderín.

18.8.05

Naranjas de la china # 1: Somera introducción a lo mediático















Un servidor es de los que lee el periódico. No lo digo por hacerme el listo, si quisiera hacerme el listo hablaría en el idioma de los habitantes de Omicrón Persei 7 o enumeraría las diferentes razas de Pokémon que conozco. Lo de leer el periódico está sobrevalorado. Se puede echar un vistazo en cualquier tasca entre cafés y pinchos de tortilla. El Marca es una lectura divertida, o La Razón. Cualquier periódico puede ser un parto de culo, un pedacito de la cultura más trash. La prensa local, por ejemplo, tiene un tufillo freak que me puede. Una pena que aquí no tengamos los fantásticos diarios amarillos de la vieja Inglaterra. Una pena que La Razón sea el único rotativo dispuesto a ponerle un toque de humor casposo a la actualidad diaria. Con las chanzas y chascarrillos de la redacción de ese bendito periódico muchos hemos convertido tediosos viajes en autobús en cabalgatas cercanas al delirio. Por no hablar de ese mesías de la ultraderecha llamado Federico Jiménez los Santos. Mano de santo para curar el estreñimiento, comprobado.

El caso es que dicen que en verano no hay noticias. Por eso los periódicos por estas fechas tienen el grosor de los cuadernillos de ofertas de los supermercados. Hitler, al que ayer mentábamos, llegó a la cancillería en verano. Los yanquis nos clavaron aquello del hombre en la luna en julio. Ahora, el final de agosto viene cargadito de informaciones bastante interesantes que, ya ven, no me resisto a comentar. Para hacer más manejable y pretencioso el torrente de información he dividido este post en tres, espero lo comprendan.

Naranjas de la china # 2: Todo está en el color

Los israelíes abandonan Gaza, donde llevaban instalados desde 1967. Momento histórico para el conflicto de Oriente Medio donde, como sabrán, hay un montón de intereses en el tema este de la política internacional. Como era de esperar, los colonos más radicales se atrincheran en las sinagogas y ponen las cosas difíciles al ejército del mismísimo estado judío. Durante estos días seguro habrán visto todas esas imágenes de protesta, las amenazas a Sharon, los ruegos a dios para que mande otra plaga y, luego, los llantos de los que se tienen que pirar de la codiciada zona. Como no soy un experto en relaciones internacionales me abstengo de sacar conclusiones. Ustedes ya tendrán su opinión. Pero hay un detalle que me ha llamado poderosamente la atención: la elección de color naranja para simbolizar el sentimiento de los contrarios a la retirada.











El escondite, deporte típico en Gaza, donde está considerado un deporte de riesgo

(Lo que viene a continuación es un delirio de los gordos. Absténganse aficionados de la lógica y la claridad expositiva.)

El naranja se está ganando la fama de ser el color de las causas perdidas. Recuerdo el verano pasado un tertuliano de sobremesa de ETB (televisión pública vasca), de estos que presumen tener el carnet del PNV, asegurando que el naranja era el color de un pueblo y que representaba el cambio. El tipo trataba de enlazar temas tan variopintos como la política y el ciclismo. Con motivo de que el equipo ciclista vasco Euskaltel Euskadi había escogido este color para su uniforme, los típicos ikurrinalaris que aparecen en cada etapa del Tour se enfundaron la camiseta naranja. Uniendo símbolos, uniendo ideas y sentimientos. Qué bonito. Lo que une un color. Y hete aquí que, por suerte o por desgracia, el Euskaltel cuenta cada Tour como un nuevo fracaso. Nada, que ni podiums, ni etapas, ni nada. A mí ni me va, ni me viene, porque el ciclismo como que me da un poco de lado, la política vasca también ni fu, ni fa; pero la cosa me hace gracia.

Resulta que Euskaltel, compañía de telefonía que preside el ex lehendakari Ardanza, aprovecha el color de su marca para abanderar un equipo ciclista que abandera el sentimiento de un pueblo o algo así. ¿Se dan cuenta del bonito tejemaneje que hay en torno al naranja? Se mezclan el sentimiento deportivo, un sentimiento patriótico primario y los negocios. Todo lo une este color tan llamativo. En ETB, plataforma audiovisual de difusión de las ideas de los discípulos del tío Sabino, así lo explicó uno de sus habituales. Como si el mismísimo Satán lo hubiera planificado todo.















Un poquito de agua a ver si espabilan, ni puta gracia

Luego vino el PP que estilizó la gaviota de su símbolo y desterró el rojo en el que solían estar empresas sus letras por el naranja. El marketing político también abraza las bondades del color homónimo a la fruta con la que nos preparamos los zumos mañaneros. El naranaja. ¿Qué tendrá el naranja? Recuerdo todos esos guapos y jóvenes militantes luciendo elásticas con los colores de la selección holandesa, riéndole las gracias a Mariano. Enternecedores momentos catódicos.

Y también está lo de la cuenta naranja que anuncia mi idolatrado Matias Prats Jr. (me cuesta no mentarle constantemente). Ese banco que te promete duros a pesetas mientras una filita de letras diminutas desfila a velocidad del rayo en la parte inferior de la pantalla. El naranja triunfa. Como que da buen rollo. O que la agencia de publicidad que diseña las campañas de las empresas, causas o partidos políticos antes mentados es la misma. Yo, como no podía ser de otra forma, tengo mi propia teoría conspiratoria al respecto.

Humildemente creo y afirmo que una influyente empresa de merchandising estadounidense seguramente tenía un excedente de camisetas de algodón, chapas y otras prendas promocionales naranjas y ha estado presionando a las agencias publicitarias para comprarles el material. El mundo lo dominan las empresas de merchandising, no es tan descabellado. Esa empresa es la que ha obligado a los colonos a largarse de Gaza, necesitaban dar salida a un enorme stock de camisetas. Hizo perder las elecciones al PP para que cambiara su imagen corporativa y así les compraran todas esas pegatinas naranjas de la letra P que llevaban años acumulando polvo en un almacén. Esta compañía es la que hizo de intermediaria en sendos pactos que Matias Prats Jr. y Lance Amstrong firmaron con Lucifer. La relación entre el diablo y el gobierno vasco ya la explicamos un poco más arriba. El infierno es de color naranja, amigos.

Naranjas de la china # 3: simplemente naranjas de la china

Seguro que hace unas semanas comentaron con sus amigotes la noticia del brasileño asesinado por la policía en el metro de Londres, al ser confundido con un terrorista. Hubo opiniones contrastadas, imagino. Seguro que alguno se atrevió a cuestionar la política de la policía londinense de, ante la duda, tirar a matar. Son cosas de la seguridad, seguro que dijo otro. Y todo aquello acabó derivando en una discusión estéril en la que se acabaron sacando viejos trapos sucios que no venían al caso. Pasa en las mejores pandillas. Muchas han acabado divididas a cuenta de este tipo de temas: la seguridad nacional, el fútbol, la nueva temporada de El Gran Prix del Verano... Temas, todos, polémicos.

















Naranjas: la materia prima de los mass media

Ayer, la cadena de televisión británica ITV destapó ciertos documentos que desacreditaban la versión que estos policías de gatillo fácil dieron en su día. Según se puede ver en las grabaciones de las cámaras del metro (hay más de cuatro millones en todo el tube londinense), Charles de Menezes, electricista de 27 años, no llevaba una larga gabardina donde podía haber escondido los explosivos, ni trató de zafarse de los policías corriendo después de que estos le dieran el alto. El pobre chaval vestía cazadora vaquera y tuvo tiempo para tomar un periódico gratuito antes de subirse al vagón que le llevaba al curro, único momento en que forzó el paso para no perder el tren. La policía irrumpió en el vagón y se cargó de siete tiros en la cabeza y uno en el hombro a un tío que estaba reducido en el suelo. Ay, ay, ay... me parece que a alguien le va a crecer la nariz como a Pinocho. Me parece que eso de la licencia para matar se les subió a la cabeza a unos cuantos. La culpa la tienen las películas de ese tipo que también estaba al servicio de su majestad. Seguramente se les había subido también el Martini a la cabeza.

Lo de que tomaran Martini es cosa mía. Pero tiene sentido. De hecho, se ha destapado otro detalle que podría corroborar que las fuerzas del orden andaban sobrados de líquido. Resulta que a Charles le comenzaron a seguir porque salió de un edificio vigilado, donde se suponía que pudiera encontrarse el supuesto terrorista Hamdi Adus Isaac. Fuera del edificio se encontraba un efectivo de la policía encargado de filmar la cara del sospechoso para comprobar sus rasgos faciales y determinar la situación. Pero, casualidades de la vida, el agente se encontraba echando una meadita y bueno, los que hayáis leído Mortadelo y Filemón alguna vez ya lo sabréis, a veces una chorrada convierte la misión en una chapuza.

Estas fueron las declaraciones del cameraman: "Cuando pasó ante mí miré las fotografías que tenía y transmití que merecería la pena que alguien más le echara un vistazo. Debo señalar que cuando este hombre salía del bloque yo me estaba aliviando. En ese momento no me era posible trasmitir mis observaciones y encender la cámara al mismo tiempo". Es comprensible. A veces uno quisiera tener tres manos. Pero no dos para reducir al sospechoso y otra para disparar, corchos. La próstata de este poli le jugó una mala pasada a él y a Charles. Menuda chapuza de la policía, reitero. A saber qué les pusieron en el café para que fuera tan diurético y tan maligno.

Del tema este de la seguridad nacional ya hablamos hace un tiempo aquí. Voy a seguir leyendo el periódico a ver qué más cuenta. Lo dicho, naranjas de la china.

17.8.05

Mitos del cine: Fascismo de ayer y de hoy

Hay varios tópicos universalmente extendidos sobre el cine. A la gente le encantan los tópicos. Seguro que ya han oído alguna vez eso de que Marlon Brando es el mejor actor de todos los tiempos o que Ciudadano Kane la mejor película... Otro de esos mitos cuestionables que circulan por los manuales de cine y que difunden los sesudos estudiosos del séptimo arte señala que El triunfo de la voluntad es la mejor película documental. Sin tener el glamour del cine dorado estadounidense que tienen Brando y Welles, la directora alemana Leni Riefenstahl ha pasado a la historia como la mejor creadora documental con su revisión del VI congreso del partido nazi en Nüremberg en septiembre de 1934. Yo ni desmiento, ni comparto, solo comento. Ustedes dirán si prefieren a Moore, seguro que su obra les toca más de cerca.

Foto de Leni, posando para el mismísimo carnet del partido o para la orla de la facultad

El género documental es todo un debate entre estudiosos del cine. Lo que pretende una peli de este tipo es generar verosimilitud mediante una serie de recursos como la voz en off, exposición de documentos históricos como noticias de periódicos, o entrevistas a entendidos o aquellos que conocieron lo que se cuenta de primera mano. No debiera ser más real que una peli de ficción, pero su argumento y características formales están planificadas para que aparenten veracidad. Como una noticia de un telediario.

Uno de los problemas es que el cine se vale de la imagen. Es su materia prima, por decirlo de alguna forma. La imagen es una reproducción de la realidad. El cine lleva consigo lo real, como la fotografía. Ahí es donde aparece el lenguaje audiovisual, que ordena las imágenes en movimiento para crear una narración, un discurso. Todas las imágenes que toma un cámara son documentales a posteriori. Tanto valor documental tienen los planos de Hitler de El Triunfo de la voluntad, como los de Elvis Presley en alguno de sus bodrios hawaianos. Ambas cintas nos enseña cómo las voces, gestos y manera de moverse de dos tipos que, supuestamente, ya no están entre nosotros.

A donde quiero llegar con esta densa chapa es a señalar eso que muchos comentan que lo del cine documental es un camelo. Que es un invento tramposo, vaya. Porque el cine es en sí una mentira construida con trazos de realidad. Ahí queda eso. De hecho hay un género o subgénero, el fake o falso documental, que bajo la apariencia formal de un documental trata de parodiar la supuesta veracidad del mismo. Ustedes recordarán Zelig, de Woody Allen. Quizá la virtud de Riefenstahl fue la de saber utilizar mejor que nadie el lenguaje audiovisual y la puesta en escena para crear un film que representara lo que debía representar. Porque la peli es muy nazi. Ideológicamente inflamable, radioactiva. Como eran los tiempos políticos que corrían a mediados de los 30 en Alemania. Como para echarse a temblar.

Leni se descojona ante el siempre ocurrente Adolf, el mismísimo

Leni Riefenstahl fue siempre una directora del régimen. Por lo visto, sus primeras cintas eran bodrios muy de los gustos germanos de la época, en los que unos tíos altos, rubios y con los ojos azules alcanzaban la cima de alguna montaña después de haberlas pasado putas. Las películas de alpinistas eran lo último para difundir el ideal ario. Leni apuntaba maneras. Hitler y Goebbels pronto la tuvieron en cuenta. Sobre todo el segundo, un tipo cojo y bastante mujeriego, que debió pretenderla sin éxito. Este desencuentro debió frenar su carrera, en un principio. Goebbels era un tipo muy influyente y con bastante mala sangre, así que apartó a Leni de algunos proyectos. Pero Hitler pensó en ella para filmar la película del mentado congreso y ya se imaginarán quien era el jefe. Adolf tenía tanto interés en Riefenstahl que le dio carta blanca, con todo lo que eso suponía. La tipa llegó a colocar una cámara en el cogote del führer cuando saludaba a la muchedumbre a su llegada a Nüremberg.

El despliegue de medios para la película fue algo inédito hasta entonces. Cada detalle estaba previamente milimetrado. No se dejó nada al azar o a la improvisación. El partido y el ministerio de culto al reich habían acatado todas las recomendaciones de Riefenstahl, a parte de sugerir unas cuantas frivolidades más que se añadieron a la puesta en escena. Había cámaras en todos los ángulos imaginables. El discurso final que soltaría el lenguaraz de Adolfin estaba más trillado que las entradillas de Matias Prats jr. Los discos con la música de Wagner y el himno del partido estaban prestos para que algún Dj los mezclara con la habilidad y el desparpajo propios de la época. Todo el puto ejército estaba movilizado para desfilar frente al bastardo. Se habían elegido las ubicaciones más delirantes y se habían construido los decorados exprofeso. Por lo visto, se habían planificado para futuras convenciones como estas autenticas bestialidades arquitectónicas. Como estadios con aforo de 400.000 personas y otros delirios fascistas que engrandecieran más el hedor nazi que supuraba el congreso y su película oficial.

¿Como estaba la plaza de Nüremberg? ¡¡¡¡ABARROTÁÁ!!!!!

El comienzo de la cinta marca la pauta de lo que vendrá a continuación. Todo empieza en el cielo, entre nubes algodonosas. Un avión que proyecta su sombra, parecida a una cruz o a un águila, sobre las calles hambrientas de Nüremberg. Como si alguna divinidad estuviera a punto de tomar tierra desde el cielo para curar los males y la desazón de Alemania. Efectivamente el aeroplano toma tierra. ¿Es un pájaro el que viene ahí dentro? ¿Será Jesús? ¿O alguna divinidad nórdica? ¿Thor, el dios del trueno, quizá? ¿Tal vez Odin, dios de la guerra? Ah, no. Si es Adolf y su cuadrilla de prebostes nazionalsocialistas. Vienen todo uniformados, con sus insignias, parches, medallas y demás. Qué guapos, parece que vienen a hacer la primera comunión. La multitud ruje. Corea el nombre de su líder. El recibimiento no puede ser más espectacular. En su camino en coche desde el aeropuerto al hotel Hitler, saludo fascista en ristre, deja a diestra y siniestra miles de personas que igualmente le saludan. Una vez en su alojamiento, una humilde posada de siete estrellas imperiales, Hitler sale por dos veces al balcón para saludar nuevamente a sus súbditos. Vemos a Hitler llegar desde el cielo. Por supuesto debió coger el avión en Berlin, pero él cae del firmamento. Y no le vemos irse de Nüremberg. Como si se quedara para siempre entre las calles de la maltratada ciudad germana.

La película se estrenó felizmente en noviembre del 1934 en Belín. Fue un éxito aplaudido por todos, Hitler el primero. Leni había hecho los deberes. Por eso sería más tarde reclutada para rodar otras exaltaciones audiovisuales de lo ario como Los dioses del estadios, mitificada también como la mejor película de unos Juegos Olímpicos. Años más tarde Leni defendería su obra asegurando que "si el film es fascista, que no lo niego, es porque la realidad que recogió mi cámara lo era". Su único papel, decía, era el de dar una estética agradable a todo lo que los nazis estaban montando por allí. Pero la tía era una nazi de tomo y lomo. Supo darnos toda la ideología de aquellos tipos masticada sin valerse de recursos como la voz en off. Simplemente utilizaba las imágenes. Era buenísima con el montaje. Ella eligió lo que mostrar y cómo mostrarlo. Que no nos tome el pelo. Además, si nos metemos en lo personal, tenemos alguna perla biográfica como la historia de uno de sus colaboradores más cercanos, judio y homosexual al que delató. Toda una dama germánica al servicio del reich. Después de la guerra, por si os interesa, fue proscrita y en 1954 fue absuelta de crímenes de guerra. Más tarde se piraría a África a hacer de misionera. Murió el 8 de septiembre de 2003 a los 101 años. Mala hierba...


(Post rescatado de unos apuntes de una asignatura de cine que tuve. Si algo no es correcto es que no he parafraseado como es debido al señor Imanol Zumalde)

16.8.05

Miedo y asco en el corazón del imperio

Piensen en el viaje más raro que han tenido. Imagínense que alguien les hubiera puesto unos cartones de LSD en la cantimplora o en el café del área de servicio. Imagínense el viaje más raro de su vida, de tripi, perdidos por los lugares más recónditos y locos... Y que el título de la película que les llevó a emprender la aventura es "Como un guante de seda forjado en hierro"... Ahí van unas cuantas viñetas fusiladas.















Un cine mugriento, con esos asientos pegajosos y esa clase de tipos que nunca pagarían por ver una película medianamente convencional. Máscaras de cuero. Sadomasoquismo. Ese gordo se llevó una buena paliza. Como un guante de seda forjado en hierro. Se quita la máscara y es ella... Tranquilo, en los baños tienen todas las respuestas. "No hay leyes concretas en este estado para regular la práctica de la taxidermia, curtimiento y uso de títeres". ¿Me puedes prestar el coche? "Me coges en un mal momento, tío. He tenido problemas en los ojos... Una infección en las órbitas oculares... Te la curan sacándote los ojos y congelándolos, y te meten unos extraños crustáceos asiáticos que se comen las bacterias..." Un viaje en coche. Problemas con la poli. Quedarás marcado.
Una secta de los cojones. Feministas asesinas. La guerra entre hombres y mujeres está a punto de comenzar. "¿Quieres hacer el amor conmigo, Clay?" Godfrey salvará la raza humana. Parece un puto monstruo, pero en su casa alquilan una habitación. "¡¡Tina tine novio!!" Un perro sin orificios. Se llama Sr. Jones y está por todas partes. "Si vuelven por aquí tendré que matarlos". "¿Cuál es la frecuencia Kenneth? Un mal sueño. ¿O no estaba soñando? Se inyecta hormonas masculinas y es un matón. Tiene tanto pelo en la espalda que parece un abrigo de visón. "Afeite al perro". "Barbara Allen". Otro cine asqueroso. Otra vez ella. "¿A eso le llamas una polla?" Hay algunos barrios bastante peligrosos por la ciudad. No pasaría por allí si fuera hombre. La encontrarás en Kalenda Rock. Debajo del agua hay cosas que no puedes ni imaginar. Dicen que conocemos menos del fondo del mar que de la superficie de la luna. Dicen que la vida empezó en el mar. Él vendrá de allí. No podemos olvidarnos de donde venimos. Es un viaje de ida... y ¿vuelta?








Daniel Clowes es el escritor y dibujante de este entretenido y delirante cómic. Como ya habrán imaginado el autor está como una puta regadera. Yo le he visto en alguna entrevista y tiene cara de perturbadillo. Pero no hay más que leer alguna de las cosas que hay publicadas. Quédense con el título: Como un guante de seda forjado en hierro, uno de sus mejores tebeos. Procuren leerlo despacio antes de un viaje con destino incierto. Déjense atrapar y degusten luego los posos que la obra ha dejado en su memoria. Más que posos son secuelas. Si la America profunda es como la pinta este tipo y ellos son los más ricos del planeta ya nos podemos ir preparando. El infierno quedaba mucho más cerca de dónde nos imaginábamos. Toda una locura en dos dimensiones.

12.8.05

Blogspotting # 5: Findesemana en blanco














Madre mía, me ha costado casi dos horas colgar el último post y estoy un poco hasta... Mi equipo es una mierda, mi conexión es una mierda y de tanto esperar he considerado todas las posibilidades, el suicidio incluida. Pero no nos pongamos melodramáticos.

Este fin de semana me tomaré un pequeño respiro y no habrá otro post hasta el lunes o el martes. Mañana me voy de puente a uno de esos sitios donde no hay conexiones adsl, ni cobertura para los móviles. Aunque no se lo crean aún quedan lugares así. Prometo aprovechar el asueto para aclarar ideas y pensar en nuevos posts. Lo haré porque estoy picado con el puto blog éste. Hasta entonces os dejo con una merecida revisión de un conocido personaje de la caja tonta. Pásenlo bien y beban cerveza, su salud lo agradecerá.

Por si les interesa a dónde voy y con qué compañía que sepan que son unos cotillas y que no se lo voy a decir. Nos ha jodido.

11.8.05

Secundarios para la historia: "Besad mi brillante culo metálico"

Hace tiempo prometí una serie de posts que hoy da su comienzo con éste. En adelante irán apareciendo en inter shitty 2073 la lista de mis secundarios favoritos. Esos seres ficticios o reales que han puesto la guinda a tantas historias con sus salidas de tono y actitudes reprobables. Estos ninguneados, llamados despectivamente secundarios por tener menos frases que el resto, merecen un homenaje. Aquí comienza.













Han sido muchos los mexicanos que a lo largo de nuestra vida nos han regalado momentos de sana hilaridad. La mayoría de ellos los recordarán de aquella etapa en que su padre, por casualidad, sintonizó Galavisión dejando una ventana abierta a ese casposo y bizarro mundo que es la televisión mexicana. Así conoció un servidor al genial Chespirito, que encarnó felizmente en los 70 al Chavo del 8 y al Chapulín Colorado, o a luchadores de la talla del Perro Aguayo. En la gran pantalla quedarán para la memoria otros dignos enmascarados como el Santo y, para el olvido, el siempre bieninencionado y sobreazucarado Antonio Resines de aquellas latitudes, Mario Moreno, por desgracia ya saben de quien les hablo. Pero, como ya habrán deducido por el título del post, quien hoy vamos a mentar en este rinconcito de las tres uvedobles, nada tiene que ver con sus populares paisanos.














Bender, el hoy homenajeado, les saca más de mil años a todos esos iconos mexicanos de la pequeña y gran pantalla. Es un personaje, literalmente, del futuro. Un robot del año 3.000 para ser exactos y que, como ya sabrán, aparecía en la memorable sitcom norteamericana Futurama, hermana menor de The Simpsons. Aunque las dos obras maestras de Matt Groening podrían ser comparables en muchos sentidos, lo cierto es que cada una tiene su personalidad. Futurama nos traslada de la mano de Fry, un veinteañero del siglo XX criogenizado por accidente, a los albores del cuarto milenio. Pura ciencia ficción televisiva de dibujos animados con carta blanca para crear los personajes y las situaciones más locas e inverosímiles. Un producto televisivo que roza los límites impuestos por su género y que, por desgracia, sólo se mantuvo cinco temporadas en el aire. Una joya incomprendida por esos que programan sus canales buscando audiencia fácil. En fin, hablémos del homenajeado.

Bender es el mejor amigo y compañero de piso de Fry. Su encuentro, de hecho, fue de lo más romántico y prometedor. Coincidieron en la cola de una máquina de suicidio el mismo día que Fry despertó después de una siestecita de mil años. Desde entonces se vuelven inseparables. Junto a la mutante de un solo ojo, Leela, se enrolarán en la agencia de reparto espacial Planet Express, regentada por el tatarasobrino de Fry. Estos tres personajes formarán el nucleo duro de Futurama. Bender, más que secundario, es un coprotagonista. Pero no se puede discutir a Fry como personaje principal de ese loco mundo del Nueva Nueva York del año 3.000.















El bueno de Bender tiene todo lo que se le puede pedir a un robot catódico del año 3.000. Es mentiroso, vago, egocéntrico, ladrón, fumador, irónico, provocador, irreverente y un poco hijo de puta. Virtudes que comparte con otros personajes de las dos dimensiones como Herminio Bolaextra, ahora que lo pienso. Funciona literalmente con alcohol y entra en lo más parecido al estado de ebriedad humano si deja de privar. Ese espíritu viciso me cautiva particularmente. Amén de su desprecio hacia las convenciones y lo pactado como correcto y aceptable. Si Bender fuera persona y viviera en estos tiempos tan poco guasíbilis, sería uno de esos colegas que a uno le ponen constantemente en ridículo; de esos cabrones que no dejan de tocarte los cojones, pero que, aún así, quieres y respetas. Porque no te queda más remedio y poque tienen la razón de su mano, los muy cabrones.

Como ente robótico fue programado para doblar como su propio nombre indica, pero lo que realmente le va, como ya habrán deducido, es el escaqueo, la buena vida y la juerga descontrolada. Bender va a su puta bola. Como los de su condición, carece de las limitaciones físicas y psíquicas de los humanos. Es un trasto deshinibido y gamberro que irá conociendo y haciendo suya la psiqué humana a través de sus excéntricos colegas. A lo largo de sus peripecias podemos apreciar bonitos rasgos de humanidad como en su amistad con el tontolaba de Fry o arrebato de sensibilización con las tortugas. Pero el alcohol, los zubanos, las robopilinguis y la fijación por los billeteros ajenos siempre han sido sus verdaderas pasiones. No nos engañemos. Bender nunca aprenderá la lección. Y por eso también mola.














Esta conducta temeraria le ha hecho pasar felizmente por estrambóticas y desternillantes situaciones. Ha sido mafioso, esquirol, robot pingüino, adicto a la electricidad, estrella de música folk, el cocinero de hierro, dios de microcivilizaciones, estrella del culebrón robótico "Todos mis circuítos". Ha fermentado en su interior su propia marca de cerveza (fantástica maternidad), ha cambiado su sexo y, gracias a la máquina de "Relatos de interés" inventada por el anciano profesor Fansworth, hemos sabido cómo hubiera sido su existencia si se hubiera convertido en humano o si hubiera sido un robot de 100 metros de altura al más puro estilo Godzilla. Bendito trasto.

Además es un gadget en sí mismo. Posee potentes brazos extensibles, ojos multidirigibles, varias entradas de toma eléctrica y todas las comodidades de las unidades robóticas de la amigable y entrañable Compañía Robótica Mamá. Cualquier parte de su cuerpo puede, en un momento dado, servir como batidora, martillo, balón de fútbol, abrebotellas... El interior de su torso, ustedes podrán apreciar la puerta en las imágenes, puede también servir como horno, nevera o jaula para pájaros, yo que sé. Su cuerpo es desmontable y sólo con aplicársele el software indicado es capaz de hablar idiomas extraterrestres y animales. En fin, todo lo que se podría esperar de una máquina bien engrasada del siglo XXX. Todo lo que ustedes o los guionistas de la serie fueran capaz de imaginar. Bender es, como la propia teleserie que le da cabida, un todo vale constante. Y es por eso que es tan imprescindible. Hace suyas todas las virtudes de la serie.

















Quizá si Futurama hubiera continuado unos cuantos años más en antena, Bender hubiera podido matar a todos los humanos menos a Fry y así hacer su más intimo sueño realidad. Quién sabe. Quizá podría haber encontrado el amor verdadero con alguna robopilingui, aunque no lo imagino sentando la cabeza. Bender es de esos personajes que pronto se ganó un rinconcito en el corazón de muchos. Cuando fueron llegando a mi casa las temporadas de Futurama para ser degustadas a cualquier hora, redescubrimos una serie que Antena 3 maltrató, como es habitual. Recuerdo las conversaciones. "¿Has visto éste? Es muy bueno. Bender sale mucho". Y así es. Cada aparición en la pantalla es una carcajada llena de mala hostia, como a mí me gusta. Quizá por eso algunos opinan que no es una buena influencia y que debería estar prohibido en televisión... Capullos.


9.8.05

Típica historia del freakie adolescente icomprendido


Francisco ha tenido una infancia difícil. Ha cumplido catorce años y ya se siente adolescente. Le jode bastante, la verdad, porque ha leído en muchos de sus manuales que esa es una etapa vital bastante jodida y desconsiderada. Francisco es joven, pero muy leído. En las estanterías de su habitación se amontona todo tipo de material didáctico, desde cómics a películas, pasando por fanzines, panfletos punkis desternillantes o libros de esos de segunda mano con letras muy pequeñas y que huelen como a rancio. Francisco, todo sea dicho, es un poco repipi. Pero como es un chaval muy despierto ya se ha dado cuenta y, por eso, procura abrir poco la boca y debatir sus locuras en foro interno. Sus padres, que son un poco capullos, también conscientes y preocupados por el creciente halo de intelectualidad que invade a su vástago, le conminan constantemente a que se una a sus sesiones nocturnas de televisión y subnormalidad. Pero Francisco, que es muy suyo, les rechaza muy amablemente sus invitaciones retirándose a sus aposentos donde lo mismo degusta un sesudo estudio sobre la obra de Kant como que se descojona con el relato de alguna putada que unos nazis, pertinentemente motorizados, gastan a despistados transehuntes.

En el instituto tampoco le entienden. Sus compañeros le llaman abiertamente Pacoño y debaten acerca de su inclinación sexual, amén de otras joyas propias de esa edad mostrenca. Se descojonan de sus pintas de sabihondo, con sus gafas, sus granos pajeros y su feo y negro bigote de prepuber. También, cuando les da por ahí, le amargan un poco más su turbia existencia desplegando toda una serie de putadas totalmente alevosas y crueles. Como aquella vez que le sustrajeron sus calzoncillos, los mearon en corro y le obligaron luego a ponerselos. Al pobre Francisco estas cosas como que le joden bastante y le amargan la vida. El chaval no encuentra el respeto de sus semejantes pese a doblarles en inteligencia y conocimientos. El mundo es cruel, medita. Y se caga en dios cuando vuelve a casa y su madre ha vuelto a preparar acelgas para comer.

Desde que fue consciente del inicio de la adolescencia, uno de los temas que más disturban la cultivada mente de nuestro amigo es el género opuesto. Francisco respeta a la mujer, pero en la intimidad se la pela como un mono. Las pajas, opina, han sido uno de los mejores descubrimientos de su recién estrenada adolescencia. Son gratuitas y gozosas. Pero él está ávido de experiencias reales con chicas de su clase. Hay una que se llama Leticia y le gusta especialmente. Pero para ella, como para el resto de sus compañeras, Francisco es invisible. Además ultimamente se la ha visto de la mano de Gabriel, uno de los repetidores de su clase. Un anormal que de vez en cuando descarga sus frustraciones con quien se están imaginando. A Francisco, las sobradas de Gabriel le hacen menos gracia que las del resto. Se está dando cuenta que le odia con todas sus fuerzas. Y, a veces, se lo imagina empalado, desangrado, siendo devorado vivo por aves carroñeras hijas de puta. Esa imagen en concreto le provoca un placer íntimo solo equiparable al de las pajas o al de un buen libro de Ortega Gasset. Así de aturdido y flipado está nuestro incomprendido amigo.


El bueno de Francisco, que no por ser inteligente deja de ser ingénuo, decide acercarse a su figura paterna para compartir sus penas, en busca de consejo adulto.

- Papá, papá. En el colegio me pegan y me humillan. Me llaman Pacoño y dicen que soy marica. Las chicas no me hacen ni puto caso y yo ya tengo mis necesidades. ¿Qué coño hago, papa? Ayúdame, por favor.
- Hijo. Lo que te pasa a tí es que eres un friqui de esos. Un friqui de los grandes, Paquito. Yo también pegaba a la gente como tú cuando tenía tu edad. Para mí es una desgracia y una vergüenza tener un hijo como tú. Mereces todas las putadas que te hacen y más. Coño. Por repipi de los cojones y por leer. Paquito, hijo, que eso es una mariconada de las grandes. Si ya lo hemos estado comentando tu madre y yo, que nos has debido salir sarasa, como mi primo Julián. Qué desgraciados somos, hijo. Qué desgraciados.

Ante la actitud tan poco didáctica de su progenitor Francisco acude a la cocina donde su madre prepara la cena.

- Mamá, mamá. En el colegio mis compañeros son unos hijos de puta. Igual que papá. Si pudiera le clavaba unas tijeras en el corazón y me quedaba como dios. Mamá. ¿Me escuchas, mamá?
- Sí, hijo, sí. Tú lo que necesitas es un psicólogo, hijo. Lo que pasa es que no lo podemos pagar porque ya hemos encargado una ducha de esas que echan chorros para nuestro baño. Nos saliste un poco rarito, como Julián, el primo de papá. A la familia de tu padre tenías que salir. ¿Qué le vamos a hacer? Ala, vete poniendo la mesa, que hoy he hecho acelgas, que tanto te gustan.

Aquella noche en vez de proseguir la lectura que había dejado pendiente, Francisco decide elucubrar una venganza oportuna. El mundo era injusto y desalmado. Igual que sus catorce años recién cumplidos. Se iban a enterar los muy cabrones. Se sienta en su pupitre, agarra un pilot negro, un taco de folios y se pone a redactar, en su estupenda caligrafía, un burdo manual de autoayuda, de esos de los que tanto se descojonaba y despreciaba en la intimidad de su habitación.

El proceso de gestación de "La vida equilibrada según el doctor Kierostani" le llevó a Francisco unas seis semanas. En dos meses, una importante editorial ya preparaba la primera edición del manual para la vida sencilla y feliz según un inexistete médico oriental. Demetrio, el editor de Francisco, estaba encantado con el chaval. "Tú nos vas a hacer ricos", le repetía al otro lado de la línea telefónica. Mientras tanto, en su existencia cotidiana, el chaval seguía siendo vejado por esa recua de acémilas que son sus compañeros de clase. "Ya os llegará vuestro momento", piensa Francisco maquiavélicamente mientras se limpia las manchas que han dejado los excrementos de perro que sus coleguillas le han estado arrojando en el recreo. "Ya os llegara vuestro momento, hijos de la gran puta". Francisco piensa en sus colegas maniatados corriendo desnudos delante de una manada de hipopótamos ávidos de sangre humana y es un poco más feliz.

Por fin llegan dos buenas noticias. El libro de Francisco es un best seller, tres ediciones agotadas en menos de un mes. El ciudadano occidental medio parece disfrutar con las banalidades pseudospirituales que Francisco ha puesto en boca de un inexistente japo de mierda. Las amas de casa recomiendan el libro a sus amigas. Los nietos se lo regalan a los abuelos y abuelas en cumpleaños y aniversarios. El mundo está lleno de subnormales dispuestos a comprar un libro que les dé consejos sobre como actuar para ser felices y librarse del estrés. Y Francisco ya lo sabía. Ya decíamos que pese a su corta edad y su aspecto de retrasado es un tipo con muchas luces e imaginación.

La segunda noticia es que el mismísimo presidente del gobierno ha escrito una carta a la editorial mostrando su satisfacción tras haber leído el manual de autoayuda. Demetrio y el resto de la editorial están siendo testigos de su mayor éxito en años. Francisco está de enhorabuena, cada vez más exultante interiormente, aunque con su típica expresión de puteado, de cara a la galería. Todo empieza a ir sobre ruedas.

Al día siguiente la concatenación de acontecimientos está servida. Francisco utiliza sus influencias para que se le reconozca como mayor de edad y pueda tener el poder de gestionar la fortuna que está amasando. Se compra una licencia de conducir en la delegación de tráfico de Melilla (donde acude en jet privado) y, de vuelta a casa, se para en un concesionario y se hace con un Porche negro descapotable. Contrata un par de matones y vestido de Armani se dirige al instituto. Con un poco de suerte llegará a clase de educación física.

Al llegar al instituto la gente flipa un poco con el derroche incontrolado del Pacoño. Un porche, armani, dos maromos conduciendo una furgoneta detrás suyo y todo el copón.

- Mira el Pacoño. - Grita un anormal.
- Viene con sus dos novias mariconas. - Espeta otro. Y todos ríen.

Los matones reducen a la cuadrilla de cantamañanas y les pegan una buena somanta.

- Castigadles donde jode, chicos. - Aconseja Francisco, sorprendido por la fina profesionalidad de sus colaboradores.

Después de dejar amordazados y desnudos en un baño del instituto a sus enemigos, echarles una meadita encima y hacerles ingerir unas pastillitas laxantes, Francisco empieza a sentirse mucho mejor. De paso, encierra a su querido Gabriel en el maletero del Porche y sienta a Leticia en el asiento de copiloto. Al pobre Gabriel le espera un reverso cruel del destino. Después de años como víctima Francisco ha desarrollado un peculiar y sofisticado gusto putadil. Gabriel será sodomizado por un jaco semental después de una buena serie de palizas. Francisco está disfrutando como un perro. Más tarde, tal como aprendió en un cómic, tatúa en la espalda de Gabriel, totalmente ido, el logotipo de la ETA y le suelta desnudo en las cercanías de un cuartel de la guardia civil. ¡Qué gag tan bueno! Se está haciendo justicia, piensa Francisco para sus adentros.

Mientras el cabo Jiménez se topa con un energúmeno exhibicionista y proetarra al que habrá que dar un escarmiento, otro viejo conocido de Francisco también tiene un encontronazo con los defensores de la ley y el orden. Un agente encuentra medio kilo de cocaína pura en el maletero del Ford Escort del padre de Francisco. El chaval le había colocado la droga y había dado el chivatazo a los agentes. Menudo hijo de puta sin escrúpulos, estarán ustedes pensando. Así es, amigos. Así es. Cosas de la juventud. La imagen del padre de Francisco agachándose a por el jabón en las sucias y hedientes duchas del maco reconforta a Francisco, que ya piensa cómo terminar de celebrar todo el desparrame de astracanadas que han visto felizmente la luz.

El freak convertido en nazi. El destino, anmigos, a veces es así de caprichoso.

Solo queda una asignatura pendiente: Leticia, francamente indiferente después del correctivo que ha recibido su ahora ex novio.

- ¿Ves este coche? - Brama Francisco. - ¿Ves este fajo de billetes? - Sacando la catera - ¿Lo ves? Soy rico. Puedo comprarlo todo. Hacer lo que me dé la gana, y ¿sabes lo mejor? Paso de tí, puta de mierda. Por no hacerme ni caso. So puta.
- Mira subnormal. - Responde Leticia, que no se deja intimidar ante un capullo como el que tiene delante. - Eres un friqui de mierda y toda tu puta vida serás un friqui de mierda. No pasaría una tarde contigo aunque te pusieras la cara y la polla del Brad Pitt. Así que dile a este par de comepollas que me suelten que tengo que ir al insti a buscar otro repetidor que me chulée.

Francisco cumple las ordenes de Leticia. Antes de desaparecer de la vista del friki de mierda, la joven se da media vuelta y hace un corte de manga mientras grita: "Pacoño, eres un maricón de mierda." Francisco se queda totalmente desolado.

Aquella tarde se la pasa a solas en su nueva mansión sin poder abrir ni uno de los fantásticos libros y cómics que siempre había querido y que, por fin, se había podido comprar. "He sido un gilipollas", piensa. "He traicionado todo lo que creía. Me he lucrado con el tipo de basura que siempre desprecié. Para ajustar las cuentas de mis enemigos me he puesto a su altura. Me he valido de matones. Soy un cobarde. Como el puto nazi malvado de los tebeos. Todo el mundo me sigue odiando. Antes, por lo menos yo me quería. Pero ahora me desprecio. Me he convertido en el tipo de persona que nunca quise ser, que siempre odié".

En un arrebato de culpabilidad, el muy lameluco se lanza desde la azotea de su mansión callendo sobre unas zarzas que amortigua la caída. El muy caramelón no sabe ni suicidarse como dios manda. Se rompe tres costillas y se magulla el cuerpo entero. "Los catorce son una mierda", concluye. Desde alguna parte oye como alguien se descojona de él.

JAjajajajajJAjaAJAJaJAJAjajaja.... ¿No les parece patético, pero a la vez gracioso? JaJaJaJAJasJAJsJaJSJAJaj..... Menudo pringao. Que conste que era yo el que me descojonaba. Pero, a la vez, me daba pena. Ya ven como soy.

8.8.05

¿Se acuerdan de "Con la muerte en los talones"?


Me encantan los post urgentes como éste. Lees una cosa en el periódico y te dices, coño esto lo tiene que saber todo el mundo. Unas risas bien lo merecen.

En este caso cito la mítica película de Hitchcock, "North by northwest", por simbolizar una de las peores pesadillas de un hombre: que se le declare culpable de un crimen que nunca cometió. En las páginas de sociedad de El País aparece hoy una descacharrante historia real basada en estos parámetros argumentales.

El titular lo dice todo: "El falso atracador de bancos" . Lean, lean, ahora que la edición digital de este diario está visible para todos los públicos. Yo sólo les dejo con la primera frase del artículo: <<"Sabemos que eres tú, lo que pasa es que eres muy inteligente", le dijo un guardia civil a José Manuel R. D. cuando éste le aseguraba que no era el atracador de bancos que estaban buscando.>>

Disfruten de cómo la justicia puteó la pobre existencia del bueno de José Manuel, nuestro Cary Grant particular, hasta convertirle en un paranoico. Guardias civiles, robos de bancos, un abogado que fue injustamente acusado, notarios, golf, Galicia... ¡Delicioso!

7.8.05

Lógica gastronómica: ¡No coman pollo pimpollo! (Parece de coña)

Dos de mis ídolos discutiendo si ponerle o no tomillo al guiso. ¿Quién coño es el del centro?

Como ya me ha pasado en otras ocasiones no puedo dejar de hacerme eco de la más candente actualidad. La salmonela, de cuando en cuando, vuelve a las portadas de los informativos. También pasa con otros temas como los perros asesinos, las pastillas asesinas, las bandas asesinas, los fuegos asesinos... Agenda setting creo que lo llamaban mis profesores. Ahora llegan los pollos asesinos. Qué situación. Esa empresa de alimentos con ese nombre tan gracioso (nosequé Pimpollo) la ha cagado pero bien. Están en un buen marrón. Seguramente lo merezcan. Que se lo pregunten a las víctimas, esos pobres consumidores estafados de tan dudoso gusto culinario. Nada más lejos de mi intención que juzgar lo que cada uno come o sembrar polémicas en las que no entro ni salgo. Sin embargo, me veo en la obligación de reivindicar a este alimento como parte esencial de una dieta gozosa. Gloriosas pitanzas entre colegas con un buen pollo asado como protagonista bien lo merecen.

Así que pongo al rojo vivo los fogones, me enfundo el delantal con la leyenda "mejor cocinero del mundo" impresa en ostentosas letras verdes y me lavo las manos (primer consejo imprescindible para la realización de cualquier plato, so guarros).










Necesitamos aceite, margarina, sal y ¿lo adivinan? el pollo, efectivamente. El auténtico rey de la fiesta. En mi casa comemos un pollo entre dos, porque somos de estómago agradecido, pero dependiendo del tamaño, uno para tres puede estar bien. Más vale que sobre, se suele decir.

Apartamos un trozo de margarina (también vale la mantequilla, pero la primera es más manejable) y lo huntamos por toda la piel. Digo lo de apartar la grasa por eso de que queda muy guarro meter los dedazos en el tarro y, luego, volverlo a meter en la nevera. Porque el pruceso de hunte ha de ser con nuestras manos. Yo me lo paso bastante bien en este paso. Tened cuidado, por cierto, con que no se os resbale el bicho y se de un revolcón por el suelo. Si os pasa, puede ser un detalle feo limpiar la pieza y cocinarla de todas formas, pero si no queda más remedio la clave está en ser lo más disimulado posible.









Una vez embadurnado salamos el pollo. Por dentro y por fuera. Se puede agitar el pollo con la sal dentro, como si de una maraca se tratara, para que se distribuya convenientemente por todas partes. Una vez más cuidado con los resbalones. Terminado este paso el pollo está listo para ser horneado. Se le puede echar un chorro de aceite para sacar más salsa si así se quiere. Hay quien en vez de huntar el pollo sólo se vale del aceite. Pero yo insisto que el paso de aplicar la margarina es bastante divertido.

Precalentar el horno entre 180 y 220 grados. A esta temperatura cocinaremos el pollo a media altura. No concreto los grados porque cada uno sabe cómo funciona su horno, personalmente yo elijo la temperatura más alta. Pero la bajo si veo que pilla mucha caña. Hay que recordar que debemos evitar que el alimento quede poco hecho por dentro. De poner el horno a una temperatura excesiva tendríamos piel tostada y carne cruda. Lo cual me recuerda que hay que ser pacientes. Merece la pena esperar diez minutos más y degustar la piel tostadita y la carne en su punto. Para estómagos impacientes son recomendables unos mejillones o berberechos para pasar el rato. En reuniones importantes, pinchitos de queso o jamón.

Puede que vuestro horno disponga de ese instrumento para empalar en pollo y dejarle dando vueltas a la altura perfecta. Si es así os felicito y reconozco mi sana envidia. De no ser así, como es mi caso, girar cada cinco o diez minutos el pollo. Lo interesante es que se haga por los dos lados. También tenéis que bañar regularmente al pollo en la misma salsa que va soltando. Ese es un detalle importante. Sería una chorrada, pero podríamos hacer la prueba y cocinar dos pollos, uno de ellos sin salsita por encima, y nos sorprenderíamos con el resultado. Sería una chorrada, desde luego. Ni lo intenten.

Una hora y pico después, tal vez menos, el pollo debería estar listo. Como habrán intuido a mí me gusta con la piel bien tostadita. Aunque para gustos...
También puede introducírsele una manzana por el culo (figurado) al pollo para que le dé sabor y disfrutar, luego, de manzana asada. Depende de escuelas. La manzana que sea pequeña, o proporcional al agujero, porque si no, no cabrá, comprobado. Acompañar el manjar con una ensalada de abundante lechuga, tomate y cebolla. Y, si es caso y apetece, de una guarnición de patatas fritas. Regar con abundante cerveza fría. Plato, pues, ideal para días ociosos y alegres. Los sábados, en mi casa. Espero que les sea instructivo y que les aproveche. Es un plato fácil. Más laborioso que la variedad pimpollo, pero también fácil e infinitamente más guasíbilis. ¿Desde cuándo un buen pollo asado sólo necesita de tres minutos al microondas? Es de locos, Iñaki.
(Nota: por la urgencia del post no he podido adjuntar ninguna foto de alguna de mis obras maestras. Os la debo)

"Nos pusimos de comer hasta la txapela. Txakolí y pollo con fundamento."

6.8.05

"¡Socorro, se va a poner a hablar de los Beatles!"















Hoy hace 40 años de la publicación en Inglaterra de Help!, quinto LP de la discografía oficial de The Beatles. Buena excusa para hablar del grupo de Liverpool. Es hora de confesarlo, The Beatles son mi grupo de todos los tiempos. Los descubrí con doce años y, supongo, que fue una de esas cosas que te cambian. Gracias a ellos me interesé por la música; la de los sesenta, la inglesa, el rock y el pop y todo lo demás. Son la punta del iceberg de mis grupos de toda la vida, pero ¡bendita punta del iceberg!

Sentimentalmente, Help! fue un disco muy importante para mí. Fue el tercer LP que tuve de la banda, sin contar recopilatorios, y marcó, casualmente, mi verano de hace 10 años. Lo recuerdo porque, por aquel entonces, con la adolescencia recién estrenada, mi familia (padres, hermana y un servidor) se trasladó a Granada, donde viviría un año y pico. Me lo regalaron aquel verano de 1995 por mi cumpleaños. Por aquel entonces ya tenía completadas mis colecciones de Astérix y Tintin y los discos de The Beatles pasaron a ser el regalo comodín para tíos y abuelos, a parte de los consabidos calzoncillos y calcetines. Los siguientes meses llegarían a mis manos Please Please Me, With the Beatles y Sgt. Pepper's Lonely Hearts CLub Band. Hasta descubrir los Beatles de la segunda época, Help! marcaría buena parte de mis ozosas tardes musicales en la preadolescencia. Por eso, pese a que ahora lo considere un disco menor, creo que la revisión que pretende este post es nostálgicamente necesaria. A un servidor le encantan los homenajes. No lo puedo evitar.

Help! llegó en la cúspide de su fama. Habían pasado más de ocho meses desde que los Beatles habían publicado su cuarto LP, Beatles for sale, bastante flojo a cuenta de las prisas que la imparable mercadotecnia exigía a la banda más popular del planeta. Igualmente se habían mantenido un LP en el número uno en Inglaterra desde el lanzamiento de su primer LP. Cada uno que se publicaba desplazaba de este puesto al anterior. El fenómeno beatle parecía no tocar techo. Hablando claro, se estaban forrando. Todo el mundo quería un autógrafo, una entrevista, ser sus amigos, que les presentaran en las fiestas, ver sus conciertos, comprar sus artículos. La industria musical estaba a punto de ponerse patas arriba.

Los cuatro muchachos habían sido condecorados con el MBE (miembros del imperio británico, máxima condecoración en Inglaterra) en el palacio de Buckinham por la mismísima reina a principios de aquel verano del 65. Aquello levantó las iras de los ilustres condecorados con tal mención, seguramente ganadores de alguna guerra en ese siglo o el pasado, como apuntaría Lennon. Todos se apresuraron a devolver sus medallas a Buckinham. Pero, para entonces, The Beatles ya habían ganado todas las guerras comerciales, que eran las que interesaban. Inglaterra exportaba mierda beatle. Eran los salvadores del imperio, los mejores embajadores del famoso escupitajo made in britain. Tenían la apariencia, el sentido del humor y las canciones. En esos días, por cierto, dieron sus dos únicos conciertos en España. Por estos lares los melenudos no eran tan bien vistos por el régimen franquista como por la monarquía británica.


La película Help! (Richard Lester, 1965) se estrenó mundialmente en Londres el 29 de junio de aquel año. Después de A hard day's night (que ustedes recordarán con el absurdo título Que noche la de aquel día) la banda estaba dispuesta a hacer otro filme. El primero había tenido excelentes críticas. El segundo, en color pero no necesariamente mejor, las obtuvo igualmente. The Beatles convertían en oro todo lo que tocaban. Hasta este subproducto que hoy bien podría levantar la vergüenza ajena entre los críticos de entonces. La película, que en esta ocasión era en color, tiene más relevancia documental que otra cosa. Por verlos hacer el tonto en los Alpes o las Bahamas.

El disco homónimo sería la lógica banda sonora. Al igual que la primera soundtrack de la banda, el LP comprendía en la Cara A las canciones aparecidas en la peli y en la Cara B temas nuevos. Dentro de la discografía de la banda Help! es un disco que marca un final. El siguiente, Rubber Soul, marcaría definitivamente la transición entre el grupo yeyé y la mítica banda de rock'n roll. Help! era, sin más, una continuación del anterior. Una exigencia de la discográfica, que les obligaba por contrato a sacar dos LPs por año.

El álbum destaca por dos canciones en especial. La primera, todo un himno pop que abre el repertorio, que es la que da titulo a disco y filme. "Las únicas canciones que compuse hablando de algo personal fueron Help! y Strawberry Fields Forever espetaría un Lennon despechado años después. Y Yesterday, todo un hito para el grupo por lo que tenía de novedad y simpleza; hoy lo es por constar en el libro Guiness de los récords como la canción más versioneada de toda la historia, creo que ya van por las 2.000.

Help! era un grito de auxilio de Lennon, que sufría la lógica depresión de estrella de rock que ha alcanzado con 25 años toda la fama y el dinero imaginables. Esa sobredosis de gritos puberescentes y delirio generacional estaba acabando con los cabales de un tipo de los suburbios de Liverpool que tampoco estaba muy cuerdo. Y Lennon se decidía a contarlo en una canción. Su encuentro un año atrás con Bob Dylan había cambiado la perspectiva de la banda con respecto a su música. Ahora querían decir cosas, ir más allá del "ella te quiere, tú la quieres". Dylan, por cierto, también les había introducido en el fantástico mundo de la yerba. Ya eran una banda de rock con vicios inconfesables y todo. Más tarde eso quedaría reflejado en su música. La nueva vena de existencialismo pop en las letras de Lennon también se puede ver en la balada You've got to hide your love away.

Yesterday, la otra joya, la compuso Paul McCartney después de un feliz sueño en una habitación de un lujoso hotel parisino, eso dice él. Fue la primera vez que un beatle grababa una canción a solas con guitarra acústica y un acompañamiento de cuerda (dos violines, cello y viola). George Martin, productor de todos los discos de la banda menos uno y verdadero quinto beatle en lo musical, recomendó a McCartney hacer la canción lo más sencilla posible. Para mí, es un tema imprescindíble que sentimentalmente estaría dentro de mi top ten. De hecho, es la primera canción que escuché de The Beatles con conocimiento de causa. Desde luego, es un tema redondo. Todo un himno pop. La sencillez es una baza, como lo es la letra. Aunque casi suena absurda si la traducimos literalmente del inglés, Yesterday habla de lo que han venido hablando la mayoría de canciones de desamor desde siempre: ayer era mejor porque ella todavía seguía por aquí. El resultado resultó tan pulcramente melancólico como se pretendía. Es tan buena que hasta John Lennon en la peor etapa en su relación con McCartney la recordaba con cariño en How do you sleep?, dedicada integramente a su excompañero en el disco de 1971 Imagine. "The only thing you did was yesterday", creo que decía.

El resto de temas son una buena colección de las típicas muestras del pop de los primeros años de la banda. Destaca otro de los cortes de Lennon, Ticket to ride, la única que supera los tres minutos. Hace poco he descubierto dos buenas versiones de ésta a cargo de Hüsker Du y Vanilla Fudge; también hay un tema de Happy Mondays que incluye el estribillo de esta canción con diferente lírica. La versión del tema country de Buck Owens, Act Naturally, fue la canción cantada por Ringo; el batería siempre cantaba al menos en una canción por LP. El disco se cerraba con otra versión, la del clásico rockanrolero de Larry Williams, Dizzy Miss Lizzy. Un tema de la época del Cavern. Harrison era el autor, por primera vez, de dos temas del disco. Estos son I need you y You like me too much.


Cuarenta años después el disco suena más antiguo que otros que vendrían después. Pese a todo, Help! es buena mierda. Es alegre, apto para bailarlo en la ducha o para dar color a alguna reunión en casa con amistades alrededor de unas cervecillas. La gente se sorprenderá de todas las canciones que conoce, lo cual no sé si es bueno o malo. Pero suele pasar con los discos de la primera época de esta gente. Por mi parte, con esto acabo. Ahora voy a ser yo el que me dé un homenaje. Voy a ponerme el disco a ver si todavía me lo puedo cantar entero.

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