!DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN" "http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd"> inter shitty 2073: agosto 2006

inter shitty 2073

El blog las verdades relativas, las reflexiones estúpidas y las referencias idiotas. Donde las cosas se aprenden desordenadamente.

31.8.06

Lógica catódica '80s (I): David el Gnomo



David el Gnomo era de puta madre. Un veterinario de unos veinte centímetros con larga blanca y sombrero rojo que cabalgaba sobre los lomos de un zorro por un bosque infinito lleno de naturaleza, seres mágicos y trolls malos, malísimos. Es todo lo que, con los años, podría decir de David el Gnomo, exprimiendo los vagos y pocos recuerdos que a uno le quedan de sus tres, cuatro años. David el Gnomo era una serie de puta madre. El primer pilar sobre el que se construyo mi infantil pasión por las series de dibujos animados de sobremesa. La primera gran serie de mi vida. Un buen punto para empezar.

Las aventuras de este venerable médico de doscientos y pico años se antojan, a estas alturas, como una de las más altas cumbres de la producción ibérica (era una producción hispano portuguesa) de dibujos animados. A años luz, ustedes estarán conmigo, de teleseries animadas tan sonrojantes como los Fruitis o Delfi. Quizá también una de las más internacionales, ya que la versión anglosajona emitida por el canal infantil norteamericano Nickelodeon la mantuvo en emisión regular hasta mediados de los 90.

El texto incluido en la cabecera, que ustedes pueden leer en el fantástico video con el que viene coronado este post, y que seguramente muchos de nosotros no éramos capaces de decodificar en aquellos primitivos ochenta, da cuenta del espíritu y las intenciones educativas de la serie, motivo común con la mayoría de producciones infantiles de la época. David el Gnomo cultivaba el amor por la naturaleza y los animales. Proclamaba a los cuatro vientos los placeres de profesionales como veterinarios, biólogos o guardias forestales. Pero, por encima de todo, construía parte de esa mitología a la que Mycroft hacía astutamente referencia en los comentarios del primer post de esta serie. Nos presentaba el bosque como un paraíso lleno de criaturas diminutas, animales salvajes con corazón y trolls malvados. Criaturas en las que alguna vez todos creímos viendo esta serie, como si del ratoncito Pérez se trataran.

Pero si David el Gnomo se convirtió por derecho propio en una serie de marcado acento generacional para nosotros, niños de los 80, fue por un épico capítulo final que pocos de los que lo contemplamos podremos olvidar. La buena o mala fortuna de vivir en esta época de internet, conexión por cable y youtubismos me ha permitido, personalemente, reencontrarme con uno de esos momentos catódicos grabados a fuego en mis retinas. Momento que pueden disfrutar un poco más abajo, si disponen del suficiente tiempo, ganas y nostalgia. Porque, he aquí la clave de la cuestión, estos minutos de grabación destilan la más perfecta definición del concepto de nostalgia catódica, ya manoseado en el post introductorio de esta cadena.

El extrañísimo capítulo final de esta mítica serie, como demuestran los comentarios incluidos por los usuarios de Youtube y del imbd, dejó un mismo recuerdo entre los infantes que seguíamos con pasión las aventuras de este gnomo sanador. El del cachorro que llevamos dentro, llorando a lágrima suelta la desaparición de uno de nuestros héroes. Porque la mutación de David y su mujer Lisa en árboles después de despedirse del zorro Swift, fue el primer contacto que muchos de nosotros tuvimos con conceptos como el fin, la desaparición, la muerte. Un evento catódico, en fin, comparable a la caida de las torres gemelas, retransmitida en directo vía satélite o la llegada del hombre a la luna. ¿Dónde estabas tú cuando...? Quizá también la perdida de la inocencia, qué se yo. Esas cosas, ya saben... nostalgia catódica... disfrútenla.



El hecho de que David el Gnomo nunca se reprogramo en los años inmediatamente posteriores a su final y el que, además, se emitiera La llamada de los gnomos, floja continuación pergeñada por el mismo director de la serie original, un tal Ernest Reid, son algunos de los puntos que más mitificaron a posteriori a esta añeja serie. Pero es el impacto que en mucho de nosotros tuvo este inesperado final el que la situa como una de las series que mayor reivindicación merecen. Un buen punto de partida para este viaje en el tiempo en el que hoy nos embarcamos.

Aquí les dejo con el cierre completo, agradeciendo a los que se han molestado en rescatar estos incunables que han servido para animar este post inagural, pese a que la calidad, en fin, pudiera ser mejor.

22.8.06

Lógica catódica: introducción a los 80, aquella década ominosa


Si en el último post publicado en este irregular portal de información desorganizada apuntábamos al viaje como leit motiv de esta temporada de resaca veraniega, en éste retomamos los viajes preferidos del 2073, los temporales. Ésta vez, introduciendo una estupenda colección de joyas extraidas directamente del famoso youtube, ya definido hace tiempo por aquí como "portal de felicidad audiovisual".

El buscador de videos más famoso de la red, dicen los expertos, nos ha empezado a dar pistas sobre lo que podría ser el futuro de la televisión a la carta. Youtube, de hecho, ya está haciendo temblar los cimientos de macroimperios de la radiofórmula televisiva como MTV. A estas alturas ¿qué videoclip que emita esta cadena no aparece repetido quinientas veces en el mentado websitio? ¿Para qué tragarte diez vídeos infumables, esperando al que quieres ver, cuando encontrarlo en la red es tan fácil como hacer click en el sitio indicado?

Para un servidor, de momento, youtube es mi particular Delorean catódico. Una especie de sorprendente y masiva videoteca donde, para regocijo de quien esto escribe, cada día encuentro más de aquellos recuerdos que guardo de una buena parte de la infancia pegado a la televisión. Dicho así, suena triste y todo, pero para aquellos que nacimos en el llamado mundo occidental en esta época que nos ocupa, el televisor era más que un mueble en nuestras salas de estar. Un peculiar miembro más de la familia, como Los Simpsons nos han enseñado.

La nostalgia, se está demostrando, es uno de los fuertes (o una de las constantes, si prefieren) de este blog. Y la nostalgia televisiva más de lo mismo para mis coetáneos. Gracias a todos aquellos que guardaron unas cuantas piezas de lo que era el puzzle televisivo de los ochenta y luego se molestaron en colgarlo en la red, previa digitalización, hoy damos el pistoletazo de salida de esta serie. Lógica catódica 1980, la década ominosa. Una nada original recopilación, en fin, de todas aquellas series o programas de televisión que de vez en cuando surgen en conversaciones provocando mordiscos en el estómago a más de uno. La elección, por cierto, no estará condicionada a la fecha de creación de los programas, si no más bien a su fecha de emisión en España, ya fuera como estreno o reposición.

Es decir, que vale todo lo que echaran por la tele por aquellos ominosos 80. Aquellos malditos, maravillosos y ominosos ochenta. Una época que hoy se me antoja como una neblina en la cabeza,"clips" de Playmobil, bocadillos de chocolate (o Nocilla en su defecto) a la hora de la merienda, dos canales de televisión y muchas de las mejores series de dibujos animados que ahora me vienen a la cabeza.

Los ochenta y la tele. Dos canales de televisión públicos controlados por un gobierno de corruptos socialistas. Especiales de nochevieja de Martes y 13, Joaquín Prat presentando El Precio es Justo y otros iconos de la cultura popular y el mal gusto. Pero con una programación infantil que, digo yo, ya la quisieran hoy muchos infantes. En fin, tal vez sea solo la nostalgia.

Para que los más pequeños de la casa entiendan y se hagan una idea de los 80 como concepto les dejo con este hallazgo youtubesco, que de eso se trata. Tres minutos y medio de disfrute audiovisual mucho más clarificadores que mis enrevesadas explicaciones. El video, protagonizado por Mr. T, prohombre ochentero donde los haya, da buena cuenta de lo que aquella época fue. Pelos cardados, cadenas de oro y amor de madre. Lo hortera elevado a la categoría de arte. De eso se trataba.

16.8.06

De viaje I: Comiendo con los ojos


inter shitty 2073 trata de salir de la perezosa siesta en la que se lleva meciendo diez meses. Los días del verano pasa y su redacción se convierte en un trajín de viajeros, reencuentros e irremediables despedidas.

Con el viaje como leit motiv en esta recta final del verano, y para intentar retomar una necesaria regularidad, abrimos la puerta a las colaboraciones. Viaje con nosotros al mercado de la Boquería en Barcelona, de la mano de Maruxiña, que amabablemente nos ha cedido esta bella serie de mediterráneas fotografías tomadas en la ciudad condal hace un par de meses.

Disfruten de los colores y texturas. Imaginen el inconfundible olor de alimentos frescos, el bullicio del mercado a primera hora de la mañana. Las tenderas sonrientes y las señoras con carrito. La dieta mediterránea en sus tonalidades más veraniegas.












Para ver las imagenes en todo su esplendor, no olviden pinchar sobre ellas.

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