!DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN" "http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd"> inter shitty 2073: ¿Quién pudiera retroceder 35 años en el tiempo?

inter shitty 2073

El blog las verdades relativas, las reflexiones estúpidas y las referencias idiotas. Donde las cosas se aprenden desordenadamente.

3.9.05

¿Quién pudiera retroceder 35 años en el tiempo?

Acaba el verano, época de bocadillos de tortilla de patata en la playa, escarceos amorosos sin futuro y aciagos festivales musicales. La juventud se va de marcha, tienda de campaña en ristre, a todas estas citas veraniegas de desfase y decibelios. Y los telediarios lo mismo hablan de la ola de calor que de los fibers, término un tanto anormal para denominar a la muchachada que se junta en Benicassim para ver a sus grupos indies preferidos. Y ustedes me perdonarán si son habituales de esta cita, pero es que la palabreja se las trae.

Por lo que a mí me consta, estas citas se caracterizan por ciegos legendarios, amistades imposibles y recuerdos un tanto borrosos de grupos que, para tres cuartos de hora que van a estar en el escenario, tampoco es que se dejen, precisamente, los cojones. Recuerdo, por cierto, sonados fracasos festivaleros de grupos nacionales que se mostraban más perdidos de cara a público que las famosas armas de destrucción masivas. Desde luego, no se puede generalizar. Hay festivales y actuaciones para todos los gustos. Pero no me negarán los fans de estos encuentros que, entre tanta carpa, tanto grupo y tanta hostia, lo que acaba primando, la mayoría de las veces, es el buen rollo y el desfase por la puta cara. Y la música, bueno, la música siempre queda bien de fondo.



Hace 35 años los festivales de verano eran otra cosa. Remontémonos, por ejemplo, a aquel mítico fin de semana estival en la isla de Wight. Desde el viernes 28 al domingo 30 de agosto de 1970, pasaron por el escenario de esta ínsula más de 30 bandas mitiquísimas en la plenitud de sus carreras. Haciendo un repaso rápido, de viernes a domingo, algunos de los convocados eran los siguientes: Family, Chicago, The Doors, The Who, Ten Years After, Sly and the Family Stone, Free, Miles Davis, Moody Blues, Richie Havens, Joan Baez, Jethro Tull y, mítico entre míticos, The Jimi Hendrix Experience, que cerraba el domingo por la noche tres días inolvidables de desfase y Rock and Roll, las dos erres con mayúsculas. Toda esta orgía por el módico precio de 3 pounds. Eran los buenos años.

Mi colega Yonomellamorramón me prestó hace poco el VHS de la grandiosa actuación de The Who en tan memorable reunión de rock stars. Y, como no podía ser de otra forma, no puedo dejar de dar parte de su visionado en este desordenado rincón que ustedes y un servidor compartimos. Una pena que el soporte no sea DVD para haberles adjuntado unas fotos. Espero que mis palabras sean lo más gráficas posibles.

A las dos de la mañana de la madrugada del 30 de agosto, ante una audiencia de 600.000 almas entregadas y pertinentemente embriagadas; The Who saltan a la arena, como auténticos gladiadores generacionales. Son jóvenes, tienen talento y, seguramente, están drogados. Son estrellas juveniles, están en la cresta de la cultura popular, en la cima del Rock and Roll, comienzan los 70. Qué demonios. Están puestos hasta las cejas. Como todo hijo de vecino en esas circunstancias. Como su audiencia, que abarrota la explanada frente al escenario. Que llega allí hasta donde alcanza la vista. Melenas desaliñadas, vestidos de flores, barbas imposibles, brazos levantados, canutos rulando, sonrisas llenas de armonía, pies negros... Como si la banda y el auditorio hubieran firmado algún pacto previo con la Historia, también con mayúsculas. Como si fuera la jodida última noche de sus vidas.

Durante la actuación se suceden todas esas imágenes que se graban en el millón y pico de retinas que enfocan, como pueden, hacia el escenario. El desmelene de Daltrey, totalmente entregado. Los gags típicamente ingleses de Townshend y Moon, enzarzados en alguna polémica estéril, provocando el desbarre generalizado. Entwistle disfrazado de esqueleto. Y mucho sudor, muchos vatios, mucha adrenalina... Las luces enfocando al respetable intencionadamente. Cegando esos caretos de felicidad real y artificial. Y el maravilloso ruido. Eran The Who en el año 1970. Un año después de Tommy. Un año antes de Who's Next. Emociona verlos con el tiempo. Imagínense cómo hubiera sido en directo.


Mención aparte merece ese titán de la batería llamado Keith Moon. Da gusto verle con sus platillazos y hostiazos a los parches; sus redobles y rellenos imposibles. Y qué me dicen de su mirada y sonrisa de entrañable lunático, de sus constantes muecas y su inigualable espíritu destroyer y cabrón, pero simpático. Particularmente, es uno de mis ídolos pop preferidos, tanto por su trayectoria profesional, como por su particular historia personal. Una personalidad tan soberbia e indescifrable como la suya no se puede resumir en un par de líneas, hay que conocer su historial clínico y verle en acción para aprender a amarle. Y en esta cita, Moon está particularmente bendecido por los dioses del ritmo y del humor. Ver como vuelan sus baquetas es una pasada. Contar cuántas acabaron por los suelos puede ser un juego divertido. Porque fueron muchas. A Moon le importaba todo un carajo. Él estaba allí por la diversión, el espectáculo y las copas. Y, por eso, se podía permitir tantas licencias y malabarismos como quisiera. Qué tipo tan grande.

Durante la hora y media que dura el concierto The Who deslumbraron con lo mejorcito de su repertorio de entonces. Comenzando con Heaven and Hell y terminando con Tommy, can you hear me?. Entre medias temas tan clásicos como I can´t explain, Magic bus, My generation, Pinball wizard... Toda una delicia para fans del mítico grupo inglés o para amantes de la buena música. Aquel año 1970 es una especie de fecha epicentro de los mejores años del rock clásico que explotó a mediados de los 60. Los protagonistas de aquellos años de música estaban en lo mejor de sus carreras profesionales. Tenían la juventud, las energías, la tolerancia ante determinados tipos de sustancias y el público. Una época irrepetible, sin duda.

Y, al final del concierto, un bonus track delicioso. Entre bambalinas vemos unos segundos al bueno de Keith, copa de whisky en mano, haciendo el payaso como él sólo sabía. Todo un grande del Rock and Roll y del humor, ya lo hemos dicho. Cuánto le debemos.

Foto de un grande. Nunca habrá dinero en el mundo para pagar esa sonrisa de pícaro que tenía. En paz descanse.

9 Comments:

At 1:52 a. m., Anonymous Anónimo said...

Permíteme que paseando por tu blog, te haga humildemente un comentario.
Es discutible eso de que hace 35 años los festivales de verano eran "otra cosa".
Creo que es la nostalgia la que nos hace ver aquellos conciertos mejores que los actuales, es serio.
Tendemos a magnificar eventos que ocurrieron en nuestra adolescencia. Yo también, eh?
Pero estoy convencida de que objetivamente no son mejores, sólo diferentes, sólo eso.

 
At 8:50 p. m., Blogger lutxo said...

No tengo ninguna objección respecto a lo que dices, flux. Bienvenida al blog, por cierto. Ya se sabe eso de que las comparaciones... Pero es que uno se deja llevar por el encanto de lo clásico. En realidad, solo trataba de buscar una forma para contextualizar el post y se me ocurrió hacer la comparación. Por hacer unas risas.

Ni la industria musical de entonces, ni la promoción de los artistas, ni el peso de las marcas sobre eventos como estos festivales era la misma que hoy. Por aquel entonces todo eso estaba inventándose. Y por eso, a veces, da la sensación de que la movida de antes era más pura, o mejor; cuando, estoy contigo, no es comparable a la actual.

Lo que pasa es que escribí el post según acabé de ver la cinta, todavía emocionado... Y, bueno, ¡vaya grupos en un mismo festival! En una isla remota... Parece de película. A lo mejor, también pasa que cuando la mayoría de los que tocaron están muertos nos volvemos más impresionables ;D

Te agradezco un montón tu comentario y espero que te animes a pasar por aquí otra vez.

 
At 11:27 a. m., Anonymous Anónimo said...

Yo creo que en el fondo, el germen de lo que es hoy un festival, ya estaba entonces...la que era diferente era la gente...compara al público de woodstock de los 70, con el de woodstock de los 90, y eso que en el primero miles se quedaron sin entrar, provocando caos circulatorio...
En cuanto a moon, si ves un fanzine llamado le bon vivant con un articulo sobre él, adkierelo, es despatarrante su biografía...

 
At 8:02 p. m., Blogger lutxo said...

Madre mía, el woodstock de los 90... aquello parecía los peores años del ulster. Fue un completo caos, aquello.

Por cierto, me alegra que me recomiende ese número de le bon vivant porque ocupa un puesto de honor en mi estanteria. Aquel número con el mítico Devon en portada y catorce páginas de biografía de Moon... En realidad, no puedo negar que este post le debe mucho a aquel artículo... Cuando estaba viendo el video veia al bueno de Keith con otros ojos... Y eso que el fanzine es del 2002 o por ahi..

Un saludo mycroft!

 
At 2:22 p. m., Anonymous Anónimo said...

¿Sabe cuantos numeros publicaron los del bon vivant? Lo digo porque eran geniales...yo poseo 3, el mencionado, el de la portada de maradona y el más mítico para mí...el especial perdedores (El articulo de Julio Alberto aún me provoca risas espasmodicas)...Recuerdo que cuando lo leí me propuse hacer mi fanzine propio...pero como nadie se animaba a secundarme fracasé...De aquello solo queda el articulo de Macaulay Culkin que salió en Viruete.com...
Ahora con los blogs...los fanzines creo que estan en franco retroceso...

 
At 6:57 p. m., Blogger lutxo said...

Me pone usted en un aprieto. No me consta que sacaran más números, pero tampoco me haga mucho caso. Creo que el fanzine se editaba en Valencia y yo encontré el número de Devon por casualidad en una tienda de Bilbao donde solían tener fanzines. Luego les perdí la pista... Y es una pena porque tenían un estilo muy a lo Mondo Brutto que me encantaba. Yo también quería ser un vividor cuando leía Le Bon Vivant, pero ya ve...

Hace bastantes años yo también anduve metido en un fanzine. Komunak, se llamaba. Qué tiempos. Pero la cosa no pasó del primer número.

Estoy totalmente de acuerdo con usted en que los blogs han frenado el fenómeno fanzine. Es más barato, no te tienes que comer la cabeza con fotocopias, maquetar, estar pendiente de la peña... Aquí escribes un texto y lo publicas. Ala! Y a que te lea la gente.

Pero se echan de menos aquellas maravillas...

Uy, que comment tan largo...

 
At 12:41 a. m., Anonymous Anónimo said...

los putos doors sin duda los mas grandes.menudo conciertazo se marcaron en la isla.ojo a la version de the end,simplemente sobrecogedora

 
At 8:12 p. m., Anonymous Anónimo said...

Chicos, este verano estuve en el concierto de The Who en Zaragoza y tengo que decir que me emocioné. Esta bien, solo quedan con vida Townshend y Daltrey (lo que resta cierta emoción al asunto, aunque en mi caso solo un poco, ya que eran mis dos favoritos)y tienen mas años ellos dos que todo el publico junto (si exagero, y me voy a evitar el comentario irónico sobre oirles cantar lo de morir antes de llegar a viejo) pero el concierto fue memorable. Me esperaba a Pete Townshend en una mampara para no terminar con sus oidos y a Daltrey en plan pasota, pero nada mas lejos de la realidad: Los dos en plena forma y apoyados por una banda que, debidamente apartada, les dejó actuar acompañando dignamente (entre ellos Zak Starkey, hijo de Ringo) y, como no, esa explosión de recuerdos que provoca un concierto así: la primera vez que vi Quadrophenia y el poster que adorno mi pared durante años, la imagen extraña que produce verme todo el invierno con la misma parka, bailar (o revolcarse) con los colegas al ritmo de My Generation, el dia que mi madre me pidió que le pasara un grandes éxitos... Una pequeña gran parte de tu vida revivida de golpe en dos horas. Y sobre festivales ya os hablaré en otro post, que me estoy alargando. Saludos lutxo, y un abrazo

 
At 4:31 a. m., Blogger mujerinconveniente said...

Hola! tu blog me encanta!!!...uno de los pocos(y aqui no incluyo el mío jajaja) que aporrrta algo más que palabras mordaces, lo he topado por casualidad, buscando kind of blue de M. Davis... y deseo seguir checándolo. Si pudieras envíame la direcciòn regularmente, abrazo desde Cartagena, Colombia.
M.I

 

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