Drogadicto a los 14, anciano a los 23
Ya iba siendo hora de que dedicara todo un post a un buen disco. Hoy le toca el turno a uno de los mejores discos españoles de los 90; del puto siglo XX, vaya. Hablo de Veintegenarios en Alburquerque, felizmente pergeñado por el histriónico catalán Albert Plá.
Música que desnuda los má intimos sentimientos
Plá es más que un freak al uso. Es lo que los romanos calificarían como rara avis; un puto bicho raro (raro raro). Muchos le recordaréis como el cura putero de Airbag que cantaba, entre otras, el sesentero himno Yo soy rebelde. A otros quizá os suene porque os deba pasta o algo peor. Estrellas del rock, ya saben. Aunque más que músico Plá es todo un showman. Su obra musical no se puede entender sin sus excesos escénicos sobre el escenario, propios de performancers titulados. Aún así es un tipo tímido. Un poco parado, pero amante del espectáculo. Quizá por este afán de aportar otra profundidad a su música mediante el directo decidió hacer de Veintegenarios en Alburquerque el falso directo más famoso desde el tema de inicio de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (tema homónimo, por cierto). Albert confesaba que, en realidad, él también quería sentirse como una estrella del Rock'n Roll.
Veintegenarios en Alburquerque es un disco con historia. La compañía discográfica del catalán, BMG Ariola, congeló durante más de un año el proyecto Veintegenarios a cuenta de la canción La dejo o no la dejo. Este tema narra la profunda disyuntiva de un tipo que no sabe qué hacer con su novia, terrorista de profesión. El protagonista del tema reprueba sus acciones, pero la ama. Todo corazón. En 1.996 esta historia de amor no contaba con el beneplácito del bienpensante de a pié. Aunque tampoco fuera un tema con un mensaje político claro o relevante. BMG llegó a especular con que de ser publicado el tema se podría procesar al autor por apología del terrorismo. Un año y pico después cambió de opinión y Albert decidió reconvertir el defenestrado Veintegenarios en un virtual concierto con público entregado, colaboraciones varias...
El disco siempre me gustó porque es cachondo, emocionante, desprejuiciado, absurdo, inteligente... Todo a la vez. Albert Plá tiene un corazoncito que asoma por su pervertido hilo de voz, un imaginario propio y poco respeto hacia sí mismo y las convenciones del resto de los mortales. Es de esos tipos que se calló de la cuna y repitió porque le había gustado la experiencia. Todo un fuera de serie. Veintegenarios en Alburquerque es un vivo retrato de ese personaje construido por sí mismo y que tanta gracia me hace, a mí y a otros.
Albert totalmente ido poniendo cara de bueno a su madre.
Cada canción es una pequeña historia cargada de sentimientos y absurdos. La inagural Marcelino Arroyo del Charco es toda una declaración de principios vitales que se imparten, en sus primeros momentos de vida, al mismísimo Marcelino, un mojón defecado por una tal Matilde
"Entró en el retrete, se subió la falda. Le dolía el vientre. Se bajó las bragas. Se sentó en el water del bar más cercano.
Se llamaba Matilde y se estaba cagando.
Y es que el cuerpo se resiente de comer tan malamente.
Eso le ocurrió a Matilde, que se le desorientó el vientre.
Y rompió aguas.
Defecando.
Así dio a luz por el culo un cagarro que lloraba.
Y así nació su primer hijo.
Sin previo aviso, ni embarazo en vez de cagar pario un niño, lindo retoño.
Se llamaría Marcelino."
Plá reinventa la vieja fórmula narrativa de la mítica poesía de Goytisolo musicada por Paco Ibañez Palabras para Julia. La diferencia es que el pobre Goytisolo años después de tratar de insuflar optimismo vital a su hija Julia se acabó suicidando. Albert Plá es un vitalista convencido. No parece tomarse las cosas tan a pecho.

El comienzo del disco se completa con La dejo o no la dejo. Sin embargo, el de Sabadell (no conozco el gentilicio de esta localidad catalana) consigue que pese al espectacular inicio resto del repertorio no se desmorone. No faltan los temas de amor: El camión de la basura con Quico Pi de la Serra o Lola la Loca, tan atípicos como el propio Plá. Tampoco el mentado clásico kitch Yo soy rebelde. Ni la canción sobre drogas: Mañana lo dejo. El Albert de las canciones siempre ha sido un confeso consumidor de sustancias dopantes. Y todos los que le apreciamos se lo agradecemos.
Además se incluyen otras dos versiones. Pepe Botika de Extremoduro con la colaboración, evidentemente, del señor Iniesta. Y Alboraya, que cierra sabiamente el disco, con la colaboración de su autor, el cantautor catalán Oriol Tranvía.
3 Comments:
Buenas, he encontrado este blog por ahi.. jeje
solo era para decirte que este disco es uno de los mejores que he escuchado ;)
Muy bueno el comentario pero se te ha olvidado mencionar la mejor canción del disco: EL GALLO EDUARDO MONTENEGRO. Aunque no es una cancion, es un himno. Un saludo y a seguir así!!!!
Enhorabuena por el comentario sobre este disco, has descrito muy bien al personaja Pla y me has aportado información que desconocía sobre algunas canciones.
Chafardearé más tu blog!
Y puede que te cite en el mío en cuanto actualice :)
Publicar un comentario
<< Home