!DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN" "http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd"> inter shitty 2073: julio 2006

inter shitty 2073

El blog las verdades relativas, las reflexiones estúpidas y las referencias idiotas. Donde las cosas se aprenden desordenadamente.

21.7.06

Músicos, mártires y fotogénicos

La elección de imagenes para ilustrar textos siempre es un proceso complicado y arriesgado (además de necesario) que depende mucho de cada uno. Como, en mi caso, la mayoría de las imagenes que utilizo salen del gugle, el proceso de ilustrar un post puede convertirse en una tortuosa y decepcionante labor. Cuántas veces un buen escáner hubiera salvado la papeleta.

Para el último post, la búsqueda de la foto perfecta fue un proceso bastante grato. Como sólo quería poner una foto por personaje, en blanco y negro y en la que, preferiblemente, el protagonista posara en solitario, la redacción del 2073 tuvo que hacer dificilísimos descartes. Algunos de estos se encuentran, para su disfrute personal, bajo estas líneas, a modo de complemento y homenaje.

Una pequeña selección, después de una apasionante viaje-búsqueda por las entrañas de la web más visitada a lo largo y ancho del ciberuniverso, en la que han aparecido pequeñas joyas como las recogidas a continuación. El espíritu del rock'n roll quedó grabado para siempre en surcos de plástico y en la película de muchos fotógrafos, que narraron mediante imágenes una de las mejores generaciones de músicos jamás conocida. Así fue la generación de los 60, misticismo musical y fotogenia.

Jimmi es un buen ejemplo del poder de la imagen en la época dorada del rock. Magia y fotogenia. Dedos de plastilina. Complementos apaches. Electricidad y psicodelia.

En primer término, Hendrix con un sombrero muy de su estilo junto a una jugosa mesa de mezclas. En la segunda imagen, Jimmi rasga una bonita guitarra con forma de V. No se pierdan la cinta de pelo que gasta.

Brian Jones probablemente llevó al extremo aquello de sexo, drogas y rock'n roll. Su fidelidad a la causa le hizo toparse con la justicia en alguna ocasión. Ahí le tenemos saliendo de un juzgado londinense. Una puerta de coche abierto esperando a la cansada estrella, en traje y gafas de sol. La prensa retratando al ídolo avergonzado. Un abogado con papeles entre las manos y un peinado sospechosamente parecido al de Jones. En segundo plano las fans, siempre preparadas para jalear a su ídolo, ya sea en un concierto o a la salida de su encuentro con el juez. Y a la derecha, el bobby abriendo la verja que separa al mundo de la justicia con el real, y mirando desafiante a la estrella, como diciendole "te volveremos a pillar si te metes en más líos, hippy de mierda". Una instantanea fantástica.



Dios los crea y ellos...
Sobre estas líneas una selección de estrellas revueltas. Brian y Jimmi en sus mejores y más hippiescas galas. Jimmi, una vez más, regala un poco de su encanto a una sonriente y encantada Mama Cass.

Más abajo dos fotografías tomadas durante la grabación del Rock'n Roll Circus de los Rolling Stones. Brian con Moon aparecen alineados a la derecha de la pantalla y, más abajo, el primero de los anteriores abraza tiernamente a Lennon, su hijo Julian y Yoko.

Una generación, ya ven, llena de mitos que intercambiaban carisma y sabiduria.


Y, para terminar, una buena sesión de los ídolos who que pasaron a mejor cida. Moon nos muestra, primero, su batería y aparece, más tarde, en acción.

Entwistle, más abajo, es retratado con una elegante cazadora de cuero con florituras estilo cowboy. Y, para cerrar, la única imagen en color. La contraportada de The Who Sell Out, LP publicado en 1967. Los dos ídolos caídos en dos divertidas instantáneas. Vaya moza, por cierto, acompaña a Entwistle troglodita. No pierdan detalle.

19.7.06

Pequeñas y grandes muertes de la historia de la música II

Hoy, 19 de julio, en Gales, con los termómetros alcanzado la máxima temperatura jamás registrada en esta zona, me digno a publicar de una puta vez el segundo post de muertes de rock; después de que una vez más la maldita casualidad nos golpeara en la cara hace solo un par de días con la muerte de Barret. En fin, combatan el calor pensando en el infierno de los músicos. El tema, irremediablemente, debido a todas las lagunas, volverá en un futuro por aquí. Pero, a estas alturas, de futuribles mejor ni hablar.


Jimi Hendrix (1942 - 1970)

Este inigualable e irrepetible músico que supo redefinir, como pocos, el uso de un instrumento tan generalizado en su siglo como la guitarra, murió sin llegar a cumplir la treintena. Fue encontrado muerto en su apartamento, sito en el Hotel Samarkand, en Londres, ahogado en su propio vómito. Pese a que se extendió la idea de que su muerte se debió a las drogas duras, Hendrix ingirió la noche de su muerte nueve píldoras para dormir Vesperax, mezcladas con alcohol. Su novia, la alemana Monika Dannemann, con quien pasó su última noche, aseguró que este genio todavía vivía cuando le subieron en la ambulancia. Pero tal versión de los acontecimientos tampoco se llegaría a comprobar.

Por lo que me consta, de todas formas, hay una corriente de estudiosos que aseguran que Hendrix expiró en las fiestas de Montemayor de la Pililla, provincia de Valladolid. Por lo visto dio el último suspiro sentado contra la fachada de uno de los tres bares de la localidad.


Cass Elliot, aka Mama Cass (1941 - 1974)

El que la mítica cantante de los malogrados The Mama's & The Papa's forme parte de esta lista se debe, en gran medida, a las leyendas urbanas que giraron en torno a su muerte. Como buena músico de muerte temprana que se precie, Mama Cass hizo correr ríos de saliva especulativa acerca de la verdadera causa de su temprano fallecimiento. En este caso, la muerte de Elliot se atribuyó a que se había atragantado con sandwich. Algunas fuentes se atrevieron a señalar que dicho bocadillo, para más inri, era de jamón (de york, suponemos, pues murió en Londres, muy lejos de la cuna de nuestro jamón más prototípico). Ni una cosa, ni la otra se llegaron a probar. Según un artículo aparecido en The Times, su doctor señaló que la muerte se debía seguramente a la ingesta de un sandwich en posición horizontal (tumbada, vamos). Pero el juez encargado de levantar el cadáver no encontró nada en su tráquea que pudiera haberle causado la muerte por asfixia. Pese a que también se especulara con que se había encontrado el famoso sandwich, o lo que quedaba de él, cerca del cuerpo sin vida de la jóven, para corroborar la historia, tal hecho tampoco se llegó a constatar. Con el tiempo, se considera que el ataque cardiaco es la explicación más razonable para su muerte.


Keith Moon (1947 - 1978)

Ya hemos hablado en este foro de este loco de los parches y de su grupo, The Who, clásicos entre clásicos. Pese a que después todavía hayamos tenido Who para rato, para algunos, entre los que me incluyo, el grupo murió para siempre con su batería. Porque muchos dinosaurios del rock se hacen cansados y porque Moon aportaba una personalidad y dimensión a los Who mucho más allá de convenciones y chorradas. Moon era el rock'n roll personificado.

Necesario es mentar, al menos, los conocidos años de desfases alcohólicos de los que Moon fue protagonista junto a Lennon, Ringo Starr y Harry Nilsson en una etapa en Los Angeles que pasarían a los anales de esa ciencia, la juergología, tan cultivada hasta el extremo por figuras de este pelo.

Tales empachos de desmadre le llevaron a enfrentarse a un preocupante alcoholismo sin haber cumplido la cuarentena. Tanto el consumo de alcohol como la falta de él, afectaban seriamente la salud de Keith, por lo que tuvo que someterse a una terapia a base de pastillas Heminevrin, que atenuaban los síntomas derivados de la abstinencia. Moon murió un mes de septiembre, estando sometido a esta terapia, y tras asistir a la fiesta posterior al estreno de la película The Buddy Holly Story, organizada por Paul McCartney y su mujer Linda. Pese a que Moon, totalmente frustrado por la imposibilidad de echarse un trago, se largara pronto del guateque, había asistido, sin saberlo, a su último acto social. De vuelta a su piso de Curzon Place, en Londres, tras visionar El abominable Dr. Phibes, de Vincent Price, Keith Moon murió. El bueno de Moon había ingerido hasta 32 pastillas de Heminevrin, una cantidad muy superior a la dosis letal. 26 de las cuales no llegaron a disolverse. Se especuló mucho con la muerte de Moon, pues para un experimentado psiconauta como él, 32 pastillas de ese medicamento eran, a todas luces, muchas.

Se habló de suicidio, de haber mezclado el medicamento con alcohol, cocaína... Pero lo cierto es que no se encontraron restos de la segunda droga en el organismo del batería, y su nivel de alcohol en la sangre a la hora de morir era el de una pinta, mucho menor al necesario para hacer explotar la hipotética mezcla de alcohol con pastillas. Entre nosotros, lo podríamos dejar en negligencia médica. Aunque son ustedes libres de argumentar sus propias teorías. Faltaría más. Como curiosidad, Moon murió en el mismo cuarto y la misma cama donde Mama Cass finara cuatro años antes.


Brian Jones (1942 - 1969)

El guitarrista que fuera miembro fundador de The Rolling Stones, fue sustituido en junio de 1969, semanas antes de su muerte, por Mick Taylor. Sus constantes salidas de tono personales, con sustancias peligrosas y mujeres como protagonistas (era un orgulloso viva la virgen), le llevaron a distanciarse de sus colegas, que quizá en secreto le envidiaban. Sus dos últimos años de vida, Jones, además, había sido presa de la policía británica en varias ocasiones por "posesión de drogas". Su muerte ocupa, seguramente, un puesto honorífico entre las muertes más polémicas de todos los tiempos en lo que a música rock se refiere.

Se le encontró muerto en la piscina de su casa. La versión oficial hacía alusión a la mala vida que Jones había llevado y concluía que estos delirios rockeros habían sido los causantes de su temprana muerte. Sin embargo, varios libros y su novia de entonces, Anna Wohlin, negaron esta teoría y aseguraron que Jones había sido asesinado por uno de los albañiles, de nombre Frank Thorogood, que estaba remodelando la casa que compartía la pareja y que, por lo visto, envidiaba la vida que se pegaba Brian.

Algunas fuentes aseguran que Thorogood asumió su implicación en el asesinato del rollingstone en su lecho de muerte. Confesión que nunca fue a más por no haber sido formulada con todas las de la ley. En este asunto, para muchos, los compañeros de Brian siempre han sido un poco cabrones. Precisamente por su negativa a clarificar la muerte de su colega y, de paso, limpiar su nombre. Sobre todo, teniendo en cuenta que tras la muerte del músico, los trabajadores de la casa desvalijaron el hogar del finado, indicio que en su día ya apuntaba a la posible muerte no accidental. Además, a nadie le gustaría haber sido asesinado y que en los libros de historia contase que el abuso de drogas fuera la causa oficial de su muerte.

La banda, todo sea dicho, le dedicó al malogrado un concierto, de entrada libre, en el Hyde Park londinenese que comenzaría con el tema I´m yours and I´m hers, el favorito de Brian. El miembro de los Who, Pete Townshend, publicó en The Times un poema titulado A Normal Day For Brian, A Man Who Died Every Day, en memoria del famoso guitarra. Jim Morrison, que ya iba por la misma senda, también sacaría su vena de poeta en Ode To L.A. While Thinking Of Brian Jones, Deceased.

Como soy un peor no he visto Stoned, pero sin publicó hace poco este post.


John Entwistle (1944 - 2002)

El que fuera bajista de los Who representó durante años la imagen de tipo calmado, muy lejos de la de vicioso irredento con la que tenían que cargar otros miembros de la banda. Evidentemente, este buen hombre no llegó, ni por asomo, a los niveles de distorsión de su compañero Keith Moon, pero tampoco se le pueden restar méritos juerguiles. Tras su muerte a los 57 años en el Hard Rock Hotel & Casino de Las Vegas, su compañero Townshed declaró lo siguiente: "Mientras otros músicos se dedican a purgar sus errores y pecados sumándose a patéticas e interesadas obras de caridad, John decidió seguir disfrutando de la vida hasta el final, esnifando cocaína y tirandose a coristas". De hecho, Entwistle, al que efectivamente le fueron encontrados restos de cocaína en la sangre, sabía de sobra el frágil estado en que se encontraba su corazón. Curiosamente murió el día de la víspera de la gira de los Who por América. Y eso, amigos, también es rock’n roll.

13.7.06

The End III


Aunque inter shitty 2073 vive horas muy bajas, con lo cansino de la jornada laboral de más de 8 horas y lo frenético del verano, no podía pasar desapercibida la muerte de Syd Barret, un genio de la música muchas veces olvidado.

Su mente, llena de claroscuros, cascada a base de excesos lisérgicos de finales de los 60, acabó recluyendo a Syd en una habitación de la que, para bien o para mal, nunca volvería a salir.

Quedarán para siempre Arnold Lane, los happenings en el Marquee londinense, el acento británico de sus melodías, la dulce y amarga psicodélia, los arrebatos de locura y The Piper at the Gates of Dawn. El que, para algunos, es el mejor disco de Pink Floyd. Para bien o para mal, nunca volverían a ser la misma banda. Pero esa es otra historia que hoy, para sorpresa de algunos, todavía continúa.

Syd murió de diabetes. Nos dejó a los 60 años.
Qué le vaya bonito.


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