!DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN" "http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd"> inter shitty 2073: Winston aprende la lección (la venganza del día de las hogueras)

inter shitty 2073

El blog las verdades relativas, las reflexiones estúpidas y las referencias idiotas. Donde las cosas se aprenden desordenadamente.

14.11.06

Winston aprende la lección (la venganza del día de las hogueras)


Cada 5 de noviembre los cielos a lo largo y ancho del Reino Unido se cubren del resplandor de los millones de fuegos artificiales que los lugareños llevan semanas acumulando en sus frigoríficos y de hogueras, diseñadas claro está bajos las normativas del Health and Safety. Pese a que las explosiones de colores de ese día no tengan ni punto de comparación con los happenings pirotécnicos del levante español, esa noche, solo unos días después de halloween, nativos y ajenos no pueden evitar pasar un rato contemplando el firmamamento iluminado a espasmos, como los latidos de un celeste corazón eléctrico. Los petardos y bombas sobrantes permanecerán en las neveras británicas hasta el día del veterano, tan solo unos días más tarde, el 11 de noviembre. Los resquicios servirán para alegrar las venideras noches de navidad y año nuevo. Ninguna de las celebraciones posteriores a la inicial, sin embargo, serán tan explosivas como la primera.

Los británicos (ademá de otros países miembros de la Commonwealth) celebran cada 5 de noviembre la noche de Guy Fawkes (también conocida como la noche de las hogueras). Guy Fawkes fue uno de los terroristas católicos que trataron de asesinar al rey Jaime I de Inglaterra, su familia y a la aristocracia protestante volando por los aires la casa de los lords, ubicada en aquel tiempo junto a las actuales casas del parlamento, precisamente el día de apertura del año político en
1605. Fawkes fue detenido el 5 de noviembre de aquel año, de ahí la celebración en esa fecha concreta. El plan, pensado por el líder católico Robert Catesby, fue descubierto y desmontado por las fuerzas del orden (después de los imaginables chivatazos, interrogatorios y severas torturas) evitando el regicidio, la masacre, la destrucción del edificio símbolo de la ley y el orden en Gran Bretaña y un más que posible cambio de rumbo de la historia de este estado contemporáneo y, por extensión, de la historia universal y del mundo presente tal y como hoy lo conocemos. Fawkes que era, según cuenta la leyenda, el encargado de apretar el botón rojo fue torturado durante días y sentenciado a morir colgado hasta la seminconsciencia para ser después descuartizado. Para bien o para mal, en el futuro se convertiría en una de las personalidades históricas británicas más recordadas de todos los tiempos. Tanto es así que las hogueras que se encienden cada 5 de noviembre en el british empire simulan la quema en la hoguera de esta controvertida personalidad (su espiritu, entendemos).

392 años después, el 5 de noviembre de 1997, sin embargo, la historia británica y mundial está a punto de cambiar, a punto de volar por los aires. Después de salvar a una joven prostituta primeriza llamada Evey, un enmascarado con aire fawkianos y de sobrenombre V, hace explotar las casas del parlamento que hoy conocemos, Big Ben incluido. Es una noche oscura y fría del Londres posterior a la guerra (III guerra mundial, si ustedes quieren). Inglaterra apesta, está podrida. Lo que la mayoría de británicos no pueden siquiera intuir es que esa explosión, maquillada por el gobierno como "explosión planificada", va a cambiar el pestilente olor a fascismo que flota en el ambiente por un delicado y picante aroma de pólvora anarquista. Esa noche del 5 de noviembre de 1997, según la realidad de V de Vendetta, en Londres tampoco faltarán los coloridos fuegos artificiales que provocarán, por cierto, una agradable y casi desconocida sensación de felicidad en la joven y desconcertada Evey.


"Mientras escribía esto tuve una idea para el héroe, que ahora podría encontrar un poco reiterativa. Pensé en porqué no lo retratábamos como un Guy Fawkes resucitado completamente, con una de esas máscaras de papel maché, una capa y un sombrero cónico. Tendría una pinta verdaderamente bizarra y daría a Guy Fawkes la imagen que se ha merecido todos estos años. No deberíamos quemar al tío cada 5 de noviembre, sino celebrar su intento de volar el parlamento". Afirma ese pedazo de friki que es Alan Moore, responsable de los guiones de los cómic books V de Vendetta, llevados mayormente a la viñeta por David Lloyd, coautor oficial de la obra. Podemos imaginar que mandar a tomar por el culo todo el parlamento es un peculiar homenaje a Fawkes por parte de V, el ultrasombrío heroe de esta no menos oscura obra. Un homenaje, parodia y advertencia.

Debajo de la máscara parece estar la respuesta a las incógnitas que la historia plantea al principio, pues parece haber un humano que piensa, sufre y ansia. Alguna persona de carne y hueso con el suficiente sentido común y amor por la vida y por el arte como para liderar un cambio en la historia, con todo el encanto clásico y teatral que todo evento similar requiere. Pero aunque en la persona detrás de V haya una identidad, alguien con un nombre y pasado, la respuesta a las preguntas no se encuentran en los entresijos personales del actor (de los cuales se dan, con cuentagotas, detalles a lo largo de la trama). Las respuestas están precisamente en la máscara, su sonrisa burlona y en el atuendo del lunático vengador. Ese 5 de noviembre Fawlkes va a pulsar el botón rojo. Ha resucitado y ahora es inmortal. Los planes van a salir bien y las cosas, ahora, van a cambiar. V, con sus fancy clothes y sus latinajos, es un concepto. El del superviviente. El del último hombre del planeta, la última mente libre. El último rastro de una humanidad que el superestado omnipresente está punto de mandar a un agujero negro. Ahora es único, pero hace años había cientos como él. V es también una idea. La idea que sobrevivió al cuerpo sin vida de Fawlkes. La idea que sobrevivirá hasta que muera la última persona con conocimiento de aquella historia. Y está a punto de hacer volar la Historia por los aires.


Por supuesto, todo este discursito de los cojones nos remite a la idea de distopía (término que desafortunadamente no está aceptado por la RAE. V de Vendetta es una especie de adaptación de esa obra maestra que es 1984 filtrada por la imaginación de los hijos del thatcherismo. De hecho, entre la lista de referencias que los creadores barajaron a la hora de plasmar en un cómic todas las ideas que flotaban en sus conversaciones, el primer nombre que se mencionó fue el del escritor inglés George Orwell. Ciertas ideas clave de 1984 permanecen en V de Vendetta, como el omnipresente Big Brother reconvertido ahora en The Fate, la voz del destino, que al igual que el primero controla todos los movimientos de la alienada masa. En la lista también se incluyeron otros nombres de autores y obras distópicamente imprescindibles como Huxley (véase Un Mundo Feliz) o Farenheit 451 (véase Ray Bradbury).

Como ya he comentado en alguna ocasión, el libro de Orwell es de lo mejor que un servidor ha leído y quizá por ello se echa de menos un poco más de la mala leche orwelliana, esa que no para de dar patadas en los cojones a protagonistas y lectores. Nunca he vuelto ha pasar tanto miedo leyendo un libro como pasé con 1984. Por eso uno se acuerda del Londres infernal, la policía del pensamiento, el partido y ese final de toda esperanza social.

Indudablemente en la obra que hoy reseñamos no faltan una nada despreciable galería de nuevos iconos distópicos como ese refugio antiaéreo del conocimiento, cultura y humanidad que es la galería de las sombras, escondrijo donde V teje sus planes. La celda número 5 o una autobiografía escrita en un trocito de papel higiénico son otros de estos iconos, pequeñas historias de supervivencia y lucha interna contra el todopoderoso superestado.


El oscurantismo argumental, un guión maravilloso y crítico y el colorido lúgubre de cada viñeta de cada página de esta colección de comic books reconvertidos en novela gráfica también me han hecho pasar mis momentos de acojone y angustia, todo sea dicho. Pero, por encima de todo, he disfrutado de la pareja protagonista. Como héroe, V tiene todo lo que se echa de menos en el Winston de 1984. Ese conocimiento de los factores, de las ramas de pensamiento y de las filosofías. Mientras Winston duda, V se sabe la justicia. Tiene la determinación, la sabiduría, las armas y el concepto del espectáculo histórico. Pero dejo ya de comparar. Mejor ustedes le dan una oportunidad si tienen la ocasión. Mientras tanto, yo haré lo propio con la película.

7 Comments:

At 7:13 p. m., Anonymous Anónimo said...

"V de Vendeta" al igual que las novelas que comenta de Orwell, Huxley o Bradbury, es una obra maestra angustiosas, concienciada y, lo que es importante para este anterior concepto, coherente. Para serle sincero desconocía la historia de Fawkes, menos mal que podemos contar con el 2073 para este tipo de cosas.

 
At 8:30 p. m., Blogger lutxo said...

horror, menos mal que puedo contar con ustedes...

gracias por su comentario y un abrazo

 
At 9:33 p. m., Blogger Mycroft said...

La película es tremendamente fallida(pero aún así con destellos interesantes, como el final).
Y creo que la obra es, aparte de una obra maestra distópica, tan tremendamente british, que era inevitable que los Wachowskis no acabaran de tomarle el pulso al ambiente lóbrego, orwelliano y si me apura tatcheriano...

 
At 7:08 p. m., Blogger Toinou said...

Can you put an english traduction plz ... i can't read spanish ...

 
At 4:58 p. m., Blogger Dr.Benway said...

La película deja de lado toda la lucha interna por el poder dentro del partido, que es muy interesante; el concepto del ojo, dedo, nariz sale totalmente mutilado. En cuanto al final mejor ni hablar por muy espectacular que resulte. Además en la obra de Moore no es tan optimista como en la peli.

Un abrazo tío grande.

 
At 12:27 p. m., Anonymous Anónimo said...

La historia de V no hay duda de que te trasporta a esos infiernos orwellianos, aunque tal vez se eche en falta en winston ese valor que a V le sobra. En cuanto a la película, qué deciros, no vale nada por mucho que tenga un final tan espectacular. Se pierde por completo la esencia del mensaje que Alan Moore quería transmitir con su personaje, no nos extraña que haya renegado del guión del filme. Se toman la licencia de cambiar un montón de aspectos de la histora, unos más relevantes que otros, pero que en conjunto te pone de mala leche igual igual. En fin perrolutxo vete a verla y ya nos cuentas tu opinión. Que curiosidad ya me da...


La Panotxa

 
At 9:51 p. m., Blogger lutxo said...

La Panotxa (bienvenida al blog, si es que no nos hemos visto antes), desde que me leí el cómic tengo unas ganas terribles de ver la película. Aunque, visto el trailer, la cosa no promete mucho. Ya le contaré...

Creo que mycroft tiene razón en eso de que los wachoskis no han sabido tomarle el pulso al
oscurantismo tan, tan, británico que tiene el cómic.

Por cierto, me dejan ustedes con curiosidad a cuenta de lo del final.

 

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