!DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN" "http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd"> inter shitty 2073: Lecturas salvajes

inter shitty 2073

El blog las verdades relativas, las reflexiones estúpidas y las referencias idiotas. Donde las cosas se aprenden desordenadamente.

15.9.06

Lecturas salvajes

Era otra desquiciante y aburrida jornada laboral. Domingo por la mañana. Odio trabajar los domingos por la mañana. A falta de unas tres horas para volver al hogar y desahogar mis penas haciendo algo realmente gratificante y enriquecedor, como escuchar música, leer algún cómic o echarme la siesta.

Otro domingo por la mañana en el lugar de trabajo. Y si trato de concentrar profundamente la vista en la esfera de mi reloj de pulsera, el secundero seguramente gire en el sentido contrario. Como en aquellas últimas clases del viernes en el instituto. Los domingos por la mañana no fueron inventados para estar trabajando...

Por casualidad, enfrascado en mi rutina de limpieza y alienación, encontré un libro. La costa de los mosquitos de Paul Theroux. Con el careto de Harrison Ford en la portada. Una de esas ediciones de bolsillo que buscan compradores entre todos aquellos que todavía juzgan un libro por la cubierta. Como si el adaptar una novela al cine diera mayor crédito a la obra literaria. Como si todos los libros que no han sido llevados a la gran pantalla no merecieran la pena.

Cumpliendo con mi cometido, me encaminé a objetos perdidos, una caja insondable de objetos que la gente olvida en las frías habitaciones de hotel (mi lugar de trabajo) llena de zapatos, prendas de ropa, gafas y (sobre todo) cargadores de móvil. Por el camino decidí echar un vistazo al libro. Porque uno no se encuentra un libro todos los días. Porque la gente no se olvida libros. Porque la gente ya no viaja acompañada de libros. Porque siempre merece la pena.

En la primera página encontré esta nota.



Así que hice caso. Cambié mi rumbo hacia la habitación de los empleados y guarde el libro en mi mochila. La mañana ya no era ni desquiciante ni aburrida y durante las tres horas que me separaban de la libertad no paré un segundo de pensar en el tesoro que me esperaba al volver a casa. Alguien había "olvidado" aquel libro para que otra persona lo encontrara y diera sentido a ese objeto hecho de papel y tinta. Por un momento me sentí parte Farenheit 451. Por un momento tener aquel libro entre mis manos me hizo sentirme especial, eslabón de una cadena de lectores clandestinos (porque las mejores lecturas siempre fueron las clandestinas).



Aunque ya había oído hablar hace tiempo de esta iniciativa, no me interesé por el bookcrossing hasta aquella mañana de domingo hace un par de semanas. Ahora sé a quién pertenecía antes este libro y cuál era su objetivo al dejarlo "olvidado" entre los cojines del sofá donde lo encontré: que alguien hiciera lo que el o ella no iba a ser capaz de hacer: leerlo.

Esta pequeña historia me ha hecho pensar con mayor profundidad en temas de los que se llevan hablando mucho tiempo en la blogosfera. Como la necesidad de desvincular la cultura y el capital y la de buscar maneras para acabar con la desfachatez de instituciones como la SGAE que pretenden tasar ideas, palabras, melodías... la cultura, lo que fuimos, somos y seremos.

El libro es una especie de ser vivo en constante estado de hibernación, de espera. Por eso, mi cometido será el de sacar a este ejemplar de La costa de los mosquitos de la siesta de estantería en la que lleva sumergido quién sabe cuantos años. Cuando acabe, lo volveré a dejar extraviado para que la cadena continue y los periodos de sueño no se prolonguen tanto como hasta ahora. Y, de paso, intentaré contribuir con esta idea "liberando" un ejemplar de 1984, mi libro preferido. Porque ya que he hablado de Farenheit 451, basta decir que este movimiento de libros clandestinos es una de las mejores ideas de las que ultimamente he tenido conocimiento que intenten rescatar nuestra civilización de la distopía a la que irremediablemtente parecemos encaminarnos.

Al fin y al cabo, debo hacer todo esto. Me encontré un libro que me ha hecho pensar sin haberlo leído todavía. Y, encima, me alegró una tediosa mañana laboral de domingo, cuando más lo necesitaba.

(Bookcrossing se autodefine como "la práctica de dejar un libro en un lugar público para que sea recogido y leído por otros, que más tarde hagan lo mismo". Si les interesa la idea no dejen de visitar su web.)

7 Comments:

At 12:52 p. m., Blogger Mycroft said...

Para el bookcrossing se necesita cierta confianza en el género humano, que no poseo del todo...Si dejo un libro en algún lugar con el fin de que alguien lo encuentre y lo lea, tiendo a pensar que acabará en el contenedor de reciclaje de papel, pero me parece una buena iniciativa...

 
At 9:57 p. m., Blogger Antonio said...

Yo tengo capacidad de quedarme con algún libro que haya por ahí, pero no de desprenderme de ninguno mío...

 
At 10:40 p. m., Blogger lutxo said...

No habia pensado en lo de la confianza del genero humano... supongo que usted tiene razon. Yo no me desprenderia de ninguno de mis libros porque la mayoria tienen un valor sentimental para mi.

Mi empalmada es tal que voy a comprar un ejemplar de 1984 en una tienda de segunda mano para desperdigar la palabra de Orwell por ahi. Si alguien se lee el libro despues de encontrarlo por sorpresa, aunque luego se lo quede, me dare por satisfecho.

Por cierto, txolo, le voy a poner pronto un enlace, pero como soy un vago de los cojones ya ve... Me gusto mucho su foto con su amigo Rulo (que hace muy bien de paleto). Usted tiene una postura muy de chiquito entregando la chincheta.

Saludos a los dos

 
At 11:59 p. m., Anonymous Anónimo said...

Yo he liberado uno, me pregunto que será de él. Lo liberé por motivos personales, personales y dolorosos...

 
At 6:23 p. m., Blogger Horrorscope said...

A mí me acaba de pasar una experiencia parecida, solo que lo que yo me encontré era un librillo de OCB.

Por cierto, hablando de lo de que se da más importancia a la adaptación cinematográfica que a la obra literaria en la que está basada; recuerdo que un conocido mío se compró "Cocktail Explosivo" de Elmore Leonard, y los editores habían colocado la portada de "Jackie Brown" repleta de rótulo en plan: "El libro en que se basó Tarantino." En fin, acababa pareciendo más un libro de Quentin Tarantino que de Elmore Leonard.

Saludos.

 
At 7:04 p. m., Blogger Antonio said...

Pues si además de ponerme un enlace comenta algo en primera plana, ya me hace un favor que no veas. La foto del intercambio es tremenda, y además me recuerda a la rendición de Breda pero en contemporaneo

 
At 3:17 p. m., Blogger lutxo said...

Pues respecto a lo que cuenta acerca de Cocktail Explosivo, horror, sería como si en la portada de la biblia aparecieran los Monty Phyton con el rótulo "El libro que sirvió para inspirar La Vida de Brian". Tendría su gracia y todo.

Lo de encontrarse con un librillo de OCB, jeje, pues también puede tener lo suyo de excitante... sobre todo si se ha quedado uno sin papeles...

Muy bueno lo de la rendición de Breda, amigo Txolo, ahora que lo dice si que se nota la influencia.

Un saludo a todos

 

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